Carta con respuesta

Dura Lex

¿Saben ustedes dónde están los que mataron a John Lennon e intentaron matar a Ronald Reagan hace casi 30 años? En la cárcel, y seguirán allí durante el resto de sus vidas. Tiraron la llave. Hay ‘personas’ que no deben estar en las calles. ¿Qué está pasando en este país? ¿No existen leyes? ¿No hay nadie para aplicarlas? ¿Vamos a seguir así con nuestra famosa «rehabilitación» para reeducar a los criminales? Siendo estadounidense nacionalizado español, no soy partidario de la pena capital, y en mi estado natal de Massachusetts no existe, pero sí existe la cadena perpetua, y la aplican a bichos raros que no deben estar sueltos en la calle. Siempre estaba yo dispuesto a contribuir con mis impuestos a Hacienda para que permanezcan encarcelados. Allí la prioridad es proteger a la sociedad, y no proteger a los criminales. Aquí, en cambio, parece que va al revés.

RICHARD M. MCBRIDE VALENCIA

Uno de mis amigos árabes, el escritor y profesor universitario iraquí Muhsin Al-Ramli, me contaba (y lo cuenta en su última novela, Dedos de dátiles) lo que le sucedió en Madrid con una señora que, en una discusión de vecinos, le espetó, como usted hace: "Estamos en España y no en tu tierra: ¡aquí existen leyes!". Muhsin me comentaba que a la señora la dejó por imposible: "¿Qué se puede hacer, Rafita? ¿Sirve de algo explicarle que el primer código que conoció la humanidad lo introdujo mi compatriota Hammurabi?".

Pregunta si en España no existen leyes. Sí que existen, pero tampoco sé si vale de algo explicárselo a usted. Es la propia Constitución (art. 25.2) la que establece que "las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados". O sea, que sí, salvo reforma constitucional o golpe de Estado dirigido por sus amigos de la CIA, vamos a seguir con nuestra famosa rehabilitación.

Hay un grado (bajo cero) de razonamiento que no va más allá de toscas formulaciones del tipo: el que la hace, la paga. Los hechos, sin embargo, son testarudos: en las ciudades de EE UU, los homicidios se incrementaron en un 71%, los atracos en un 80% y los ataques a mano armada en un 67% entre 2004 y 2006. En Boston, en su Massachusetts natal, el número de asesinatos se encuentra en el índice más elevado de los últimos 11 años. Sin embargo, como usted sabe (o no), Estados Unidos tiene la mayor población penal del planeta y, además, crece de forma alarmante. Eso prueba la eficacia nula de esas sanciones ejemplares que usted promueve y lo mal que funcionan la primitiva concepción de la ley como venganza y las soluciones del tipo: esto lo arreglaba yo en dos patadas. Asusta usted, don Ricardo.

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