Estas no serán las primeras Navidades que celebraremos durante una pandemia. En el otoño y el invierno de 1918, la segunda ola de la llamada "gripe española" azotaba el mundo. Aquella fue seguramente la pandemia con más muertos en cientos de años (desde la peste negra del siglo XIV). Se estima que murieron unos 50 millones de personas, aunque hay estimaciones que llegan hasta los 100 millones. Si hoy en día tenemos dificultades en saber exactamente cuánta gente ha muerto de covid, imaginad hace un siglo.

Nuestro país ocupa un lugar especial en aquella pandemia, pues casi en todo el mundo se la conoce como "la gripe española". La razón no es que se originase aquí, sino que como las grandes potencias de la época estaban enfrascadas en la Primera Guerra Mundial, no querían desmoralizar a sus poblaciones y reconocer que tenían un problema con la pandemia y se censuraron las noticias al respecto. España era neutral en la guerra y la prensa de la época sí que hablo desde muy pronto de la inmensa mortalidad que se estaba produciendo e incluso del contagio de Alfonso XIII, el rey en aquel momento.

Aquella pandemia, como la que ahora vivimos, también vino en diferentes "olas". La primera se produjo en marzo de 1918, la segunda y más mortífera durante el otoño y una tercera después de las Navidades y hasta la primavera de 1919.

También como ahora, la movilidad jugó un papel fundamental: entonces la gente no viajaba tanto como viajamos ahora, pero durante la Primera Guerra Mundial hubo una enorme movilidad humana de los soldados que combatían esa guerra. De hecho, se cree que la pandemia se extendió por el mundo desde Camp Fuston (Kansas, EEUU), una base del ejército estadounidense donde se entrenaban soldados que luego llegaron a Europa.

Aunque han pasado más de 100 años, las medidas que tenemos para luchar contra la pandemia son muy parecidas a las de entonces. En la siguiente imagen tenéis el bando publicado por el Alcalde de Madrid el 18 de octubre de 1918:

"Desinfección de viajeros, equipajes, mercancías y vagones del ferrocarril [...] Aislamiento de enfermos que se presuma padezcan de la enfermedad [...] Instalación de aparatos de constante desinfección en los edificios del Congreso [...]" Os suenan, ¿verdad?

Desgraciadamente lo que tampoco ha cambiado son las teorías de la conspiración sobre las vacunas. Para la gripe de 1918 no hubo vacuna, pero curiosamente en aquellos años sí que se sabía el procedimiento para vacunar frente a la viruela. Y sin embargo, aparecieron "ligas anti-vacunación" en muchas ciudades del mundo. Aquí tenéis un cartel de la época.

Con el covid la primera y la segunda ola nos pillaron desprevenidos. Sería conveniente que no volviésemos a repetir los errores estas Navidades y evitásemos una tercera ola. Por si nos sirve de aviso, así estaba la Puerta del Sol el día de la Lotería de Navidad de 1918: