A ojo

La gran Colombia

El presidente venezolano Hugo Chávez acaba de hacer desenterrar los restos de Simón Bolívar, Libertador de Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y Colombia, para un examen post mortem. Quiere probar su sospecha de que el héroe no murió  en 1830 de tuberculosis, como se ha dicho siempre, sino envenenado por sus enemigos. No los españoles, contra quienes combatió, sino los colombianos, cuya independencia de España consiguió, que eran llamados entonces neogranadinos y de quienes en la hora de su muerte acababan de separarse los venezolanos, que se llamaban igual que ahora, y estaban a punto de hacerlo los ecuatorianos, que recibían el nombre de quiteños, disolviendo así la unión que Bolívar soñaba como su obra histórica: la Gran Colombia. Escribo esto un viernes, cuando no se conocen todavía las "graves revelaciones" anunciadas por los médicos forenses venezolanos que han examinado lo que queda del cadáver.  Pero en torno a la memoria del héroe están sucediendo aún más graves cosas.

La primera es que Alvaro Uribe, presidente de la actual pequeña Colombia - un tercio de aquella Grande que fundó Bolívar - ha salido una vez más a denunciar  a Hugo Chávez, presidente de la actual pequeña Venezuela - otro tercio - , como cómplice de las guerrillas terroristas que luchan contra su gobierno. Y lo hace en el momento en que el recién elegido nuevo presidente colombiano Juan Manuel Santos  anuncia su propósito de normalizar las relaciones entre los dos países, o pedazos de país, maltrechas desde hace tiempo y en la práctica rotas desde hace un año por cuenta de la ojeriza personal que opone a  sus dos  presidentes, quienes no han ahorrado los insultos recíprocos: mentiroso, cobarde, traidor, terrorista, lacayo de los gringos, mafioso, más mafioso usted.  Uribe califica las intenciones conciliadoras de su sucesor Santos de diplomacia "cosmética", "meliflua" y "babosa". Y eso, como es natural, no facilita el entendimiento mutuo. A ver qué pasa.

Y entre tanto pasa también que el Ecuador, otro vecino de Colombia y en sus tiempos también un tercio de la Grande, tiene judicialmente demandado y pedido en extradición al presidente electo Santos por su agresión militar de hace dos años, cuando era ministro de Defensa, contra un campamento guerrillero de las FARC situado en territorio ecuatoriano.

La Gran Colombia no sólo sigue siendo pequeña, sino además mezquina.

Más Noticias