Asuntos & cuestiones

Terroristas

Por extrañas razones, algunas fuerzas vivas de este país se empeñan en ocultar que existe una ultraderecha organizada que supone un descalabro en la pedagogía social y banderín de enganche muy peligroso para jóvenes violentos y psicópatas. Durante años, los aficionados al fútbol han convivido con ultras que hacían ostentación de simbología nazi, de cantos racistas y de actitudes violentas ante la total indiferencia de los clubs. Se legitimaba, al hacerla cotidiana, una violencia considerada menor porque, a fin de cuentas, los muchachos llevaban banderas españolas.

Esta actitud condescendiente hace que terminen creyéndose impunes. De ahí se deriva la actitud de estos grupos ante el asesinato en el metro de Madrid de Carlos Palomino a manos de uno de estos individuos que gustan de levantar el brazo de esa forma característica de los héroes de la Santa Cruzada, algunos de los cuales siguen conservando estatuas y calles a lo largo y ancho de España, y cuya permanencia como prohombres de nuestra sociedad siguen defendiendo muchos cargos del partido democrático de centro por razones estéticas o históricas. Lo de históricas se puede comprender por afinidad ideológica, pero ¿estéticas?, ¿les siguen poniendo cachondos aquellos salvajes?

Estos grupos no defienden la inocencia del detenido, exigen su libertad a sabiendas de que asesinó brutalmente a un chico de 16 años desarmado. Reivindican el derecho a matar con impunidad. Ahí reside el peligro de estos grupos que para algunos responsables de nuestra seguridad no existen y a los que nadie quiere llamar terroristas porque, cuidado, a partir de ese momento, habría que perseguirles.

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