Buzón de Voz

La #fórmulaRubalcaba

Todo químico sueña con dar nombre a una fórmula. Rubalcaba, doctor en Ciencias Químicas, desgranó ayer durante una hora y cuatro minutos (sin leer) su propia fórmula, que es política, el tiempo dirá si sólida, líquida o gaseosa. Lo cierto es que hilvanó un discurso minuciosamente preparado y lo soltó con la naturalidad de quien cree lo que dice, aunque sea consciente de que parte de lo que dice caiga en contradicción con lo que ha venido haciendo. Esa debilidad descontada (la contraposición entre los ajustes sociales y las propuestas de izquierda) la resolvió Rubalcaba combinando hábilmente ingredientes complejos como la responsabilidad, el pragmatismo, la gratitud y las emociones. "¡Gracias por todo!", le dijo a Zapatero con el aplauso unánime de la dirigencia socialista, para explicar a renglón seguido que el actual presidente hizo lo que hizo "para que España no acabara como Grecia". Una vez elogiada la inmolación, Rubalcaba pega el oído al asfalto del 15-M y promete "sólo lo que se puede cumplir". Nada menos que: la banca tendrá que dedicar una parte de sus beneficios a crear empleo; las grandes fortunas pagarán un nuevo impuesto de patrimonio; habrá un control previo a los planes urbanísticos para evitar la corrupción; reforma electoral a partir del modelo alemán (circunscripciones más pequeñas y más proporcionalidad)... "Hagamos que suceda", finalizó el autor de la #fórmulaRubalcaba. "Hágase", dirá el progresista escéptico.

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