La ciencia es la única noticia

Bidón de gasolina Watson

OPINIÓN // PATRICIA FERNÁNDEZ DE LIS

El racismo no lo ha inventado James Watson y sus palabras no son más disparatadas de las que podría haber pronunciado cualquier político xenófobo o famosillo descerebrado. El problema no es lo que ha dicho. Es que lo haya dicho él.

James Watson es codescubridor de la estructura del ADN. Se presupone que maneja información que el resto de los mortales ni siquiera llegamos a intuir. Publica libros y concede entrevistas porque es uno de los mayores expertos del mundo en genética. De ahí, la relevancia de su discurso y de ahí, también, su inmensa responsabilidad. Mucha gente presupone que los políticos son ignorantes y maliciosos, y que los famosos y deportistas son simplemente ignorantes. Por eso, lo que dicen nunca tiene demasiada relevancia fuera de los titulares de los periódicos.

Pero a los científicos se les identifica con el saber, la independencia y la mesura. Si un gran genetista, pensamos, dice que los blancos son más inteligentes que los negros, será porque sabe algo que los demás desconocemos. Watson es un racista, pero no es uno más: al invocar el nombre de la ciencia para defenderse, ha puesto un bidón de gasolina en manos de los xenófobos y ha renunciado a su principal responsabilidad como científico.

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