Por Luis Arranz

* Biólogo y director del Parque Nacional de Garamba (Congo)

Hoy he ido a Aru con Ladis –el encargado de las infraestructuras– para supervisar el cargamento de un material que teníamos que traer. Hemos ido con el avión, por supuesto. Teniendo en cuenta que ir de Kinshasa (capital del Congo) a Garamba es por tierra sencillamente imposible, ya que no hay carreteras –ni buenas ni malas–, la mayor parte de las cosas las tenemos que traer desde Kampala, capital de Uganda, que está a 800 kilómetros de aquí. Desde Kampala hasta Aru, en la frontera entre Uganda y el Congo, la carretera es buena y no tenemos mayores problemas, pero ya en territorio congolés las cosas cambian.

De Aru al Parque, hay 220 kilómetros; pero dado el estado de la carretera, los camiones prefieren cruzar a Sudán para desde allí entrar por otra frontera más al oeste y suelen tardar más o menos un mes en llegar. En época seca, claro, porque en lluvias nadie se atreve. Eso hace que aquí el principal medio de transporte sea la bicicleta, a las que cargan hasta con 100 kilos. Hay mucha gente dedicada a esto y antes de empezar el viaje forman caravanas de 40 ó 50 personas, ya que pueden hacer trayectos de varios cientos de kilómetros, y así se protegen mejor y pueden ayudarse. Pasan mucho más tiempo en la carretera que en sus poblados. Esta vez, nosotros hemos tenido que mandar el tractor con el remolque, pues necesitábamos una máquina que hemos comprado para hacer ladrillos y no podía venir en bici. El tractor salió por la tarde y lo esperamos en tres días si todo va bien.