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El Museo de la Evolución Humana

ORÍGENES // JOSÉ MARÍA BERMÚDEZ DE CASTRO

* Director del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, Burgos

Han transcurrido nada menos que 11 años desde que la idea de construir un gran Museo sobre la Evolución Humana en la ciudad de Burgos apareciera en la agenda de los responsables del consistorio de esta ciudad castellana. El proyecto se puso en marcha en 2004, después de cinco años de debates, modificaciones, búsqueda de recursos económicos, etc. Nada que nos pueda extrañar en uno de los proyectos arquitectónicos y culturales más ambiciosos acometidos en España en esta última década. La crisis económica financiera iniciada en 2007 cayó como una losa sobre un proyecto muy avanzado, que se había enriquecido con la construcción en el mismo conjunto del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana y el Palacio de Congresos y Auditorio. Este último, por cierto, una carencia muy señalada de la ciudad de Burgos.

A pesar de las circunstancias tan adversas, la construcción del museo y la elaboración de su proyecto museográfico han llegado al final del camino. Durante este julio la nueva "catedral de la cultura" abrirá sus puertas a todos quienes deseen conocer los avatares de la genealogía humana a través de seis millones de años de evolución. Quienes se acerquen a conocer esta joya de la cultura se sorprenderán por muchas razones. El viejo concepto de museo no forma parte del proyecto, que quiere alejarse de la simple contemplación estática de objetos arqueológicos y paleontológicos. En su lugar, el visitante tendrá la oportunidad de viajar a través del tiempo, descubriendo las claves biológicas y culturales de nuestra evolución.

Pero no todo serán audiovisuales, módulos interactivos, paneles ilustrativos o efectos especiales para deleite de nuestros sentidos. Por primera vez, en un recinto de estas características y objetivos los visitantes podrán contemplar en la exposición permanente los originales de varias de las joyas halladas en los yacimientos de la sierra de Atapuerca. Por motivos lógicos de conservación de un patrimonio único e irrepetible, los originales de todos los fósiles humanos encontrados en diferentes yacimientos del mundo se encuentran guardados en los armarios de las instituciones científicas que los custodian. Sin embargo, las nuevas tecnologías y un plan riguroso y bien estudiado de conservación controlada permitirán mostrar algunos de los restos originales más significativos de Homo antecessor y Homo heidelbergensis, las dos especies humanas del Pleistoceno encontradas en Atapuerca.

Este museo será la cabecera de otros proyectos en curso, que se están llevando a cabo en Atapuerca e Ibeas, las localidades más próximas a los yacimientos de Atapuerca. En suma, un gran conjunto cultural único y de excelencia del que todos podremos disfrutar.

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