Bienvenidos a SPECTRAM, la mano que controla sus fronteras

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SPECTRAM

Gonzalo Fanjul (@GonzaloFanjul)

SPECTRAM es un grupo de negocios que se lucra a través de la inmigración y que extiende sus tentáculos tanto a las actividades legales como a las ilegales. La filtración a la Fundación porCausa de su Manual de Bienvenida para Ejecutivos ha mostrado con una crudeza esclarecedora la maquinaria económica y política que sostiene a la Industria del Control Migratorio (ICM) y determina la lógica de todo un modelo.

De acuerdo con este documento, las áreas de negocio de la organización abarcan cuatro grandes ámbitos:

  • Securitización de las fronteras a través de un complejo entramado de tecnología civil y militar, pero también de un muro legal construido con esmero durante décadas.
  • Privatización de los servicios de control fronterizo y de muchas de las decisiones que afectan a esta política.
  • Externalización de las actividades de control migratorio por la vía de los programas de ayuda militar, los acuerdos de repatriación y la utilización de la ayuda al desarrollo como chantaje o soborno de Estados colaboracionistas.
  • Criminalización de los migrantes, presentados como elementos hostiles o, en el mejor de los casos, marionetas en manos de mafias (la rama no legal del Grupo).

Bienvenidos a SPECTRAM, la mano que controla sus fronterasEl plantel de productos de SPECTRAM es envidiable, como muestra la foto adjunta. Y es que se trata de un negocio fabuloso. Pero es mucho más que eso. El conglomerado de empresas procedentes de sectores tan diversos como la construcción, la defensa, la tecnología, el transporte, la acogida o el desarrollo elevan esta actividad a la categoría de Industria. Las industrias establecen normas que regulan su ecosistema y, sobre todo, definen intereses comunes que promueven ante las instituciones y ante la sociedad en general. Y el jardín de organismos públicos, nacionales y europeos, que se ocupa de su financiación constituye la envidia de cualquier otro sector económico.

En España, este proceso ha devenido en una concentración de los recursos y la actividad alrededor de un puñado de empresas. Desde 2015, Europa ha transferido a nuestro país al menos 800 millones de euros para control fronterizo. Dos terceras partes de esos recursos cayeron en manos de diez compañías multinacionales que dedican mucho tiempo y esfuerzo a asegurarse de que las cosas van a seguir como están. Entre otras vías, a través de una bien engrasada puerta giratoria entra la política y las direcciones o consejos de estas empresas: Indra y Repsol (26 casos cada una), Telefónica (29), Grupo ACS (18), Acciona (15), Everis (10), El Corte Inglés (15), Airbus (7) y Ferrovial (6).

El verdadero mérito de la ICM ha sido crear un problema donde no lo había, aplicar la solución equivocada y cobrarnos rumbosamente por todo ello. Si piensan por un momento que nueve de cada diez inmigrantes son regulares y que quienes no lo son han accedido a nuestro país de manera natural por aeropuertos y estaciones, se darán cuenta de que esta es la industria de matar moscas a cañonazos. Literalmente, además: cuando las migraciones son una amenaza que debe ser atajada a toda costa, cualquier exceso está justificado. A lo largo de la ruta, SPECTRAM controla vallas, cárceles, centros de deportación, y morgues. Lo que es más importante, controla el mensaje: desde la "Europa fortaleza" hasta el "hay que ayudarles a no emigrar"; desde el "fomento de la innovación" a "la colaboración leal con los países de origen", existen muchas maneras diferentes de decir lo mismo.

Durante los próximos años, la Unión Europea prevé gastar en control migratorio cerca de 31.000 millones de euros del presupuesto comunitario. Si creen que esta cantidad es elevada es porque no han pensado en su coste de oportunidad. Mientras nos dedicamos a tragarnos el cuento que nos cuentan estas empresas y los ministerios del interior que las riegan de dinero, mientras alimentamos los monstruos que dan lugar al nacional-populismo, nuestro país envejece y nuestro Estado de bienestar se tambalea peligrosamente. Como en un trastorno obsesivo-compulsivo, la fijación por el control fronterizo nos impide desarrollar sistemas de movilidad laboral más flexibles y mejor adaptados a las necesidades de nuestra sociedad.

El modelo migratorio que necesitamos no excluye herramientas de control que lo hagan seguro y predecible, pero sin duda va mucho más allá de eso.

En por Causa investigamos a fondo la Industria del Control Migratorio. Únete y ayúdanos a desenmascarar #SPECTRAM.