La regularización extraordinaria que nos haría más grandes

Recogida de firmas para la IPL promovida por RegularizaciónYA.
Recogida de firmas para la IPL promovida por RegularizaciónYa.

Cuando estalla la crisis de la covid en 2020 se hace patente la debilidad de una sociedad cuya estructura de cuidados y de servicios se apoya en una gran cantidad de personas en situación irregular. La irregularidad durante la covid se hace insostenible para dar respuesta a las necesidades de la pandemia. En Portugal, y luego en Italia, deciden llevar a cabo sendas regularizaciones extraordinarias, en marzo y mayo de 2020.

En España, Escrivá hizo un tímido intento que posiblemente fuera aplastado por Merkel cuando Sánchez fue a pedir los fondos de recuperación: si quieres la pasta no se te ocurra regularizar. Y así es como más de medio millón de personas cuyo trabajo consistía principalmente en cuidar, atender y ayudar siguieron en una situación de vulnerabilidad máxima, trabajando sin papeles, o peor aún, sin poder trabajar y sin poder reclamar una baja o un paro.

Sin embargo, en esos primeros meses de encierros y miedos surgió la iniciativa RegularizaciónYa, una unión de personas migrantes sin papeles que se lanzaron al espacio público para solicitar la ansiada regularización extraordinaria. Al mismo tiempo, gracias al apoyo de un pequeño grupo de donantes privados, la Fundación porCausa sacaba los primeros datos sobre la irregularidad de los últimos 15 años.

El perfil de las personas sin papeles era absolutamente contraintuitivo: más del 80% eran latinoamericanas y de ellas la mayoría mujeres. Un tercio de todas las personas en situación irregular, esto es más de 150.000, eran niños y niñas menores de edad, en su gran mayoría hijos de familias en situación irregular. El PSOE, en el gobierno, se negó a regularizar y ahí quedó la cosa.

Sin embargo, en 2022, un grupo de organizaciones decidieron unirse para volver a intentarlo. En realidad, las regularizaciones han sido frecuentes en España y las han llevado a cabo los dos grandes partidos de signos contrarios, el PP lleva 5 y el PSOE lleva 4. Medio millón de personas en situación irregular en plena pandemia, además de ser casi inmoral representa una gran pérdida de capital humano necesario. Tanto es así que el estudio de 2020 de la fundación porCausa sugiere que la aportación neta media de los trabajadores regularizados se incrementaría por encima de los 3.250 euros por persona y año. ¿Qué razón puede haber para no llevar a cabo esta medida?

RegularizaciónYa lideró la iniciativa, y dado que el PSOE no iba a ser ayuda, se decidió llevar a cabo una ILP, iniciativa legislativa popular, una herramienta fantástica que permite a la ciudadanía proponer leyes. Para ello hay que presentar un mínimo de medio millón de firmas contrastables que van acompañadas de un DNI. Durante meses se trabajó recogiendo firmas y se consiguieron más de 700.000 mil. En ese tiempo, la presencia de RegularizaciónYa en medios de comunicación y espacios públicos fue inspiradora.

Hoy se retoma la tramitación de la propuesta que quedó varada por las elecciones anticipadas. Hoy, de nuevo, un grupo de expertos y ciudadanos, algunos sin papeles, estarán en el Congreso reclamando que la mayoría de nuestro parlamento impulse lo que además de éticamente correcto es absolutamente beneficioso para nuestra sociedad: una regularización extraordinaria que deje el listón a cero, que permita tener derechos a cientos de miles de personas que en su gran mayoría se encuentran trabajando en casa y espacios de salud, cuidando a personas que lo necesitan, o nos atienden en bares restaurante y supermercados. El PSOE se volverá a oponer y el PP posiblemente también, en una acto de inconsistencia social y económica.

Pero lo que hemos protagonizado en estos dos últimos años ha sido un hecho histórico en Europa y un ejemplo. Una organización de personas migrantes sin papeles está liderando un movimiento que incluye entre sus filas a más de 900 organizaciones entre las se encuentran organismos absolutamente dispares. La sociedad española demuestra de nuevo que es mucho más inteligente y valiente de lo que le quieren hacer creer. Y los partidos mayoritarios demuestran de nuevo que no están a la altura de la sociedad a la que pretenden representar.