Posos de anarquía

El Fuero de los Españoles

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se ha movido hoy en arenas movedizas al anunciar que trabaja en una reforma legal por la que se incluirá como "delito de integración en organización criminal" a quienes alteren "gravemente el orden público" o concierte concentraciones violentas a través de las redes sociales en internet. Incluirá como delito, además, "la resistencia activa o pasiva grande ante las fuerzas de seguridad".

¿Por qué son arenas movedizas? Porque si algo ha quedado demostrado con las denuncias populares y el centenar de vídeos y fotografías de los disturbios vividos en pasadas manifestaciones es que el ministro no es objetivo ni imparcial en sus valoraciones. Es un hecho que se han producido actitutes violentas y, por tanto, sancionables por parte de muchos manifestantes, pero no es menos cierto que se han producido abusos policiales que, no sólo no ha sancionado el Gobierno, sino que ha justificado y aplaudido.

¿Qué comportamientos contemplará el ministro en "alterar gravemente el orden público" o en "resistencia pasiva grande"? ¿Cómo medirá una convocatoria pacífica en internet que deviene en actos violentos porque, en parte, la Policía no tiene una respuesta proporcionada? Compleja la redacción de su reforma, que habrá de ser mucho menos ambigua que otras publicadas hasta la fecha, como la inconsistente Ley de Transparencia, sino quiere darse de bruces con el artículo 21 de nuestra Constitución, que reconoce "el derecho de reunión pacifica y sin armas" sin que éste requiera de "autorización previa".

Habrá quien me tache de temerario, pero escuchar hablar a Fernández Díaz me retrotrae al Fuero de los Españoles de Franco, que igual apuntaba que " los españoles podrán reunirse y asociarse libremente para fines lícitos y de acuerdo con lo establecido por las leyes" que después matizaba que "los intereses individuales y colectivos han de estar subordinados siempre al bien común de la Nación", con lo que terminaba por prohibir todas las manifestaciones que no compartieran sus dictados... que vayan contra la Marca España, vaya.

España ni es el primer país que trata de amputar el derecho de manifestación -el  ministro italiano de Interior, Roberto Maroni, ya lo intentó el año pasado- ni que amenaza con monitorizar las comunicaciones de los ciudadanos por internet para usarlas en su contra -el elogiado Gobierno de Cameron en Reino Unido ya lo hace-. Así las cosas, ¿a cuántos pasos de distancia nos colocaríamos de una dictadura como Arabia Saudí, que retiene en prisión desde hace más de un año al menos a seis hombres sólo por haberse manifestado contra el régimen, por alterar a sus ojos el orden público?

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