Posos de anarquía

PSOE: Adiós a la vieja guardia (y sucesores)

La derrota siempre es amarga pero, además, cuando quien la propicia es tu propia gente, cuando tu soberbia sólo es comparable a la cantidad de bilis que tienes que estar tragando oculta en tu rincón, entonces, ya tiene que ser insoportable. Eso es lo que le ha sucedido a Susana Díaz.

Ella, que presumía de ser una ganadora, se ha estrellado con todo el equipo. La candidatura de Pedro Sánchez la ha pasado por encima con más de 10 puntos de diferencia. Y digo la candidatura porque no ha sido Sánchez por sí solo, sino con la militancia, esa de la que Díaz sólo se acuerda cuando precisa sus votos. Esa militancia a la que no quiso escuchar cuando ella orquestó un golpe de Estado en el PSOE y después diseñó una gestora a su medida. Aquel fue el principio de su fin, porque aquel golpe de Estado que desplazó al que era el secretario general, lo que hizo fue empoderar a Pedro Sánchez.

Desde entonces, nunca se ha jugado limpio. Se han utilizado recursos del partido para su campaña, se han puesto obstáculos a nuevas militancias, se ha intentado cerrar el grifo a la financiación... Y nada de eso ha servido, porque el juicio de la militancia ha sido contundente: Susana, no te queremos. Y lo más significativo en el fracaso de Díaz: cerca de 1.200 votos menos que avales (mientras que sánchez tuvo 21.000 votos más que avales). ¿Qué significa eso? Que durante la recogida de avales hubo presiones, coacciones, prácticas a lo 'cosa nostra' que cuando ha llegado la hora de voto secreto, no han tenido efecto.

Y no es sólo el fracaso de Díaz, sino de toda la vieja guardia. Adiós a los Felipe González, a los Alfonso Guerra, a los Pérez-Rubalcaba, a los Rodríguez Zapatero... a todos esos que todavía se creen legitimados para tener un peso específico en las decisiones de un partido de cuyo día a día ya no participan. Pero no sólo a esa vieja guardia con tufo a naftalina, la militancia también ha dicho NO a sus sucesores, a los Javier Fernández, los Emiliano García-Page, los Javier Lambán y los Guillermo Fernández Vara... todos los que sí siguen en el partido y le fueron desleales.

También es el fracaso, la derrota de Cebrián, de todo PRISA, de la derecha y de una larga lista de personas que se subieron al carro del que creían equipo ganador (incluid@s polític@s locales que también quedan ahora desautorizad@s)...

¿Y ahora? Ahora tod@s es@s derrotad@s, castigados por su deslealtad, por haber ninguneado a la militancia, por propiciar los Presupuestos Generales de Rajoy, no pueden esperar que se cosa sin más el partido, como decía la hija del fontanero que ni siquiera supo hacer una lectura correcta del 15-M y tiene su Comunidad Autónoma de capa caída. Ahora tienen que ganarse la confianza que han perdido por parte del nuevo secretario general y de la militancia, no pueden esperar que la vida siga igual.

Susana Díaz no ha empezado bien: su penoso discurso de anoche volvió a retratarla como una líder indigna del PSOE: hipócrita, cínica, soberbia... sin mencionar a quien la ha derrotado, sin ni siquiera esperarse a escuchar el discurso de su nuevo secretario general. Tocan días de soledad para Díaz, porque muchos de los que la palmearon, por ser de su misma calaña, es posible que hoy ya no estén a su lado. Comienza el sálvese quien pueda; espero que la nueva ejecutiva en ciernes sea estricta y vea venir de lejos a tod@s es@s zascandiles.

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