Posos de anarquía

Diez lecciones que nos da el coronavirus

Diez lecciones que nos da el coronavirus
Preparativos de las Fallas de València, que se han suspendido por el coronavirus, en el barrio de Ruzafa. / EFE - MANUEL BRUQUE

"Semanas difíciles". Así anunciaba anoche el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, lo que nos espera. En mitad de la llamada crisis del coronavirus y más allá de las conclusiones sanitarias que se puedan extraer, de lo que no cabe duda es de que el COVID-19 nos deja unas cuantas lecciones que, ya les avanzo, no aprenderemos.

Nuestros profesionales sanitarios son buenos... pero pocos. La comunidad sanitaria que tenemos en España destaca por su elevada profesionalidad, algo que no podemos decir de la gestión sanitaria que se lleva a cabo en buena parte de las Comunidades Autónomas. Los recortes en las plantillas, los cierres de plantas de hospital, etc. pasan factura a la ciudadanía. El coronavirus no hace más que amplificar una realidad que se da durante todo el año. En cuanto a la Sanidad privada, ésta ha demostrado que su único interés es el negocio: el coronavirus no es rentable y lo deriva a la Sanidad Pública; ya saben, "tú me derivas pruebas diagnósticas por las que te cobro un dineral y yo a ti el coronavirus, que me estropea las cuentas".

No tenemos modelo económico. La excesiva dependencia del sector turístico por parte de la economía española no es nueva; no son pocas las personas y colectivos que llevan años reclamando un cambio de nuestro modelo económico, pero nunca llega, es más cómodo seguir la inercia.

Dependencia de China. Lo llaman globalización pero en realidad es explotación. La externalización de los centros de producción (los pocos con los que contamos) hacia Asia ha provocado una situación de desabastecimiento; algo que no habría sucedido si todos estos 'patriotas' fomentaran el empleo en su país.

No existe la conciliación. El cierre de los centros escolares en Madrid y Euskadi ha vuelto a evidenciar que en España no existe la conciliación. La suspensión de las clases ha caído como una bomba de racimo, sin que en cientos de miles de hogares sepan cómo afrontar la situación. En esta misma línea, se ha vuelto a revelar el papel protagonista que tienen los abuelos y las abuelas y, una vez más, las madres.

Aulas vacías,  centros de ocio llenos. Mientras las clases se vacían, con el buen tiempo las terrazas se llenan. Muchas de las personas que vacían supermercados o que reclaman el cierre de fronteras a países como Italia son después las que reclaman que las Fallas o las Semanas Santas de Sevilla no Málagan o se suspendan. El ocio -incluso, el mezclado con religión- está reñido con la cautela sanitaria.

Femenización de cuidados. No es nuevo, pero el cierre de residencias y centros de la tercera edad vuelve a demostrar cómo la mayor parte de los cuidados recae sobre la mujer, bien por su trabajo -se dedica a eso- o a pesar de su trabajo -es la que tiene que sacrificar su profesión para cuidar a sus mayores-.

Se puede teletrabajar. Pese a las dificultades de hacerlo con los hijos e hijas pequeñ@s en casa, se puede teletrabajar en muchos sectores. Una medida que negaban o nunca ha querido poner en práctica buena parte del empresariado español que continúa con una mente retrógrada que le lleva a pensar que ni no acudes a la oficina, no trabajas.

El egoísmo siempre aparece. Las escenas de supermercados vacíos, de personas comprando masivamente alimentos no pone de manifiesto el pánico reinante, no se equivoquen; lo que realmente saca a la luz es el egoísmo de quienes no dudan en dejar sin comida al prójimo mientras llenan su despensa.

Oportunismo empresarial. El modelo capitalista es depredador. Así se ha demostrado con el modo en que se han disparado los precios de productos como mascarillas o geles desinfectantes. Mientras una parte del empresariado llora por su dependecia de eventos turísticos, otra da palmas por su ganancia de pescador a río revuelto. Del mismo modo, las grandes farmacéuticas no están dispuestas a sacrificar los beneficios de sus patentes para favorecer el desarrollo de una vacuna.

Arma arrojadiza política. Después de la deficiente gestión política que realizó el Partido Popular de la crisis del ébola con Ana Mato al frente del ministerio de Sanidad, Pablo Casado no duda en utilizar esta nueva crisis para acusar al gobierno de ineptitud... pero el popular incluye "el fomento del turismo" en su plan de choque contra los efectos económicos adversos del COVID-19. ¿Quién es el inepto?

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