Jornada triste, jueves negro para RTVE, asistiendo una vez más cómo los partidos políticos se reparten su consejeros. Comienza el mercadeo, se envida con RTVE para lanzar después el órdago con el CGPJ. Lo llaman separación de poderes. Lo visten de normalidad democrática.
La prueba irrefutable de que se ha obrado de manera incorrecta es el malestar que existe en el Consejo de Informativos de RTVE. Cuando el criterio que más ha pesado en el nombramiento de los consejeros es la afinidad política, obviando qué proyecto tiene cada uno de ellos para el ente nacional, nada bueno cabe esperar. En algunos casos, con el agravante de que quienes han sido nombrados ya han sido denunciados previamente por su repetida manipulación en su paso anterior por RTVE.
Lo siento enormemente por los y las colegas que trabajan con profesionalidad en RTVE, o que lo intentan porque, precisamente por nombramientos como los realizados ayer, en demasiadas ocasiones son presionados, teledirigidos so pena de hacer pasillos... o directamente despedidos.
Hemos visto tantas y tantas veces lo que sucedió ayer, ese mercadeo repugnante que lastra el buen hacer del equipo de profesionales que trabaja en el medio, que parece mentira que se vuelva a tropezar en la misma piedra. El interés de los partidos políticos es tan grande, tan débiles se muestran a la tentación de controlar los medios de comunicación públicos, que si no hay piedra con que tropezar, ellos mismos se traen el pedrusco de casa. Sucede en RTVE, en las radios y televisiones autonómicas y, por supuesto, en las locales, donde además, es más fácil encontrar a mercenarios de la comunicación detrás de los micrófonos, que tanto mal han hecho a nuestra profesión.
Mi solidaridad, suerte y mucho ánimo para l@s periodistas de RTVE y, sobre todo, mi deseo de que esa entereza, integridad y coraje que llevan años mostrando a través de su consejo de informativos no se debilite, se fortalezca y sea más combativa que nunca. Encontrarán siempre nuestro apoyo.