Punto de Fisión

Fede Arias, a la sombra de Pablo Motos

Pablo Motos está creando escuela, quién iba a decirlo. Ayer mismo las redes soltaban chispas ante el lamentable interrogatorio de Fede Arias a un concursante de Benidorm Fest, Aritz Aren, en el programa de RTVE Play Eurodramas y comedias. El chaval no sabía dónde meterse ante el aluvión de piropos, insinuaciones y baboseos que le lanzó el presentador: que si iba a viajar solo o acompañado, que si él podía llevarlo en coche, que si se pondría mucha ropa en la actuación. Probablemente, Arias intentaba ser gracioso (o a lo mejor no), pero debería haber echado el freno desde el momento en que vio la incomodidad de Aren, quien se creía que iban a entrevistarlo sobre sus dotes musicales y se encontró con que sólo se interesaban por su físico. "¿Te vas a llevar bañador?" preguntó Arias al final, ya completamente desatado, ante lo que Aren respondió: "Pero si es enero, ¿no?"

Supongo que habrá quien piense que está bien normalizar el acoso verbal desde la homosexualidad, que si las chicas guapas tienen que sufrir que se las trate como simples pedazos de carne por parte de un varón, entonces los chicos guapos deben pasar por la misma humillación sólo para ir igualando la partida. Evidentemente no, no se trata de eso: Kevin Spacey tiene una ristra de juicios pendientes por agresiones sexuales siguiendo la estela de Harvey Weinstein, lo cual demuestra que el MeToo no va tanto de los abusos sexuales a mujeres como de los abusos sexuales desde posiciones de poder. Entrevistar a un cantante o a una actriz en función de su atractivo físico, preguntarle por su marca de ropa interior, manosearla o intentar seducirlo burdamente en mitad de la conversación no sólo excede todos los límites sino que se está convirtiendo en un hábito repugnante con el único fin de arañar más audiencia.

Gracias a su lastimosa peformance en un canal público, Fede Arias no sólo ha conseguido igualar a Pablo Motos en lo que respecta al nivel de indignación popular sino que también ha hecho un flaco favor a la comunidad LGTBI. Al menos, Arias se disculpó inmediatamente en su cuenta de Twitter en cuanto vio el revuelo que se había armado, alegando que la entrevista únicamente "pretendía ser desenfadada", un gesto que le honra y que todavía estamos esperando de Pablo Motos. Por lo visto, podemos esperar sentados, porque las últimas salidas de pata de banco del presentador de El Hormiguero son de órdago.

Antes de despedirse en su último programa del año, Pablo Motos dio varios consejos a su audiencia, entre ellos, "intentad vivir estas fiestas sin tanta ideología, ser de derechas o de izquierdas importa mucho menos que tener buen corazón". La ideología, ya se sabe, siempre complica las cosas: ni machismo, ni feminismo; ni de derechas, ni de izquierdas; ni fascistas, ni antifascistas. Es el mismo consejo de ciertos pedagogos contra el adoctrinamiento a los niños en la ideología de género: para qué van a aprender esas tonterías, si con la doctrina católica ya van que chutan. La penúltima estupidez de Pablo Motos el pasado año no tuvo como protagonista a una mujer sino a Tom Hanks, a quien, para no perder comba, le alabó su buen aspecto físico, y cuando el actor comentó que estaba tan delgado por culpa de una diabetes que sufre desde hace tiempo, comentó: "Te sienta muy bien". No es un problema de género, menos mal.

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