Punto de Fisión

Las Nancys Rubias y las Barbies rosas

El cantante Mario Vaquerizo posa durante el 'photocall' previo al concierto de Kraftwerk en el Teatro Real, a 27 de julio de 2023, en Madrid.- A. Pérez Meca / Europa Press
El cantante Mario Vaquerizo posa durante el 'photocall' previo al concierto de Kraftwerk en el Teatro Real, a 27 de julio de 2023, en Madrid.- A. Pérez Meca / Europa Press

Agosto es un mes tontorrón donde la frivolidad campa a sus anchas, entre latas de berberechos, posados de la Familia Real y sombrillas de playa. Umbral escribió una vez que el verano es la auténtica resurrección de la carne, pero basta asomarse a una piscina para comprobar que hay carnes resurrectas que se conservarían mucho mejor enterradas. En estas fechas desérticas, las agencias de noticias bajan el listón más de lo habitual, de manera que se publican reportajes sobre la enésima regata ganada por el rey Juan Carlos o sobre un señor japonés que se ha gastado 15.000 dólares en disfrazarse de perro para salir a la calle y poder jugar con otros perros a cuatro patas.

Para una foto el disfraz da el pego, pero a la hora de revolcarse y husmear mierdas por el suelo acarrea bastantes problemas, ya que el japonés aún no ha dado el paso definitivo hacia el ladrido y la vida cuadrúpeda. De lejos parece un collie, sí, un collie al que le hubiera pasado por encima una furgoneta. Se trata de cumplir un viejo sueño de infancia, un sueño casi tan imposible como el de Mario Vaquerizo pretendiendo transformarse en David Bowie. El líder de las Nancys Rubias intentó su metamorfosis a pelo, sin prótesis ni disfraces, durante una entrevista reciente en la que quitaba importancia a sus ideas políticas.

Con no poca imprudencia le preguntaron a Vaquerizo su opinión ante los resultados electorales y respondió que él nunca le preguntaría a David Bowie si estaba contento por las elecciones de Churchill. Haría muy bien, ya que Churchill murió en 1965, cuando llevaba una década retirado de la política activa, más o menos por las mismas fechas en que Bowie iba al colegio. Por aquel entonces, hacia 1955, Bowie aún se llamaba David Robert Jones y contaba siete años, pero seguramente su respuesta habría sido mucho más inteligente que la de Mario Vaquerizo. Fijo que también cantaba mucho mejor, aunque en aquel momento sólo probaba la voz en el coro de la escuela.

Por lo demás, la semejanza con Bowie le salió muy bien, aproximadamente igual de bien que el japonés arrastrándose junto a un chihuahua, más aún si tenemos en cuenta que Bowie lleva siete años muerto. Si cantase ahora, cantaría muy parecido a Mario Vaquerizo. Dar la nota es la especialidad de las Nancys Rubias, uno de cuyos integrantes apareció con una camiseta estampada con una imagen del Valle de los Caídos y el lema franquista "Una, grande y libre".


La perplejidad de Vaquerizo (resumida en la frase "Me cago en tu puta madre") es similar a la de Barbie recién aterrizada en el mundo real con los pies planos. Las Nancys Rubias y las Barbies rosas difícilmente pueden asimilar las contradicciones de vivir fuera de la caja, pero en verano todo es posible, incluso la resurrección de David Bowie, quien una vez coqueteó con el nazismo y llegó a decir que Hitler era una estrella de rock. Ahí sí que salió clavado a Mario Vaquerizo, aunque no tardaría en arrepentirse. Cualquier verano de estos estrenan una película de Geyperman sobre el Che Guevara.

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