Del consejo editorial

Mujeres muertas por la violencia machista

CARMEN MAGALLÓN

Doctora en Físicas y directora de la Fundación Seminario de Investigación para la Paz

Continúa la sangría de mujeres asesinadas por sus maridos, novios o compañeros, hasta alcanzar las 32 en este año, una cifra escandalosa que acabamos recibiendo con la resignación impotente de quien se enfrenta a los embates de una tormenta de granizo. Que la mayoría de las víctimas no hubiera denunciado a quienes finalmente las asesinaron, y que un 22% de los perpetradores intentara suicidarse a continuación, convierte el escenario en una batalla que merece una indagación más sistemática y profunda.
Lo más fácil es señalar con el dedo al Ministerio de Igualdad, una interpelación seguramente necesaria pese a todo, aunque debamos reconocer que, gracias a este ministerio, por primera vez el problema es objeto de una política de Estado. Pero apelar a la política institucional, aun siendo necesario, es insuficiente. Las raíces sociales de la desigualdad que desprecia la libertad de las mujeres son tan hondas, tan reciente el intento de deslegitimarlas y tan arraigada en la identidad de muchos hombres la construcción estereotipada de una masculinidad dominante, que la lucha contra esta violencia exige la implicación de toda la sociedad. Se necesita crear y recrear nuevos modelos de hombres, empezando por aquellos que, existiendo ya, siguen siendo invisibles porque su cambio se da en ámbitos privados. Y también un mayor esfuerzo en la investigación, para indagar sobre lo que en otras violencias llamaríamos "el caldo de cultivo" en el que crece la reacción asesina.
Sobre las características de los perpetradores, Echeburúa y otros, en una muestra de 162 presos por este motivo, encuentran que sólo el 12% tiene rasgos psicópatas y que no hay diferencia entre estos y el resto en la severidad de los crímenes cometidos contra mujeres. ¿Por qué no son capaces de asumir una ruptura de la pareja, circunstancia que acompaña a la mayoría de las muertes por violencia machista? ¿Qué hay de diferente en la socialización de hombres y mujeres para que ellas, capaces también de matar, como lo muestra el que algunas lo hagan, recurran a este extremo en mucha menor medida? Hay pocos estudios sobre los perpetradores. Encuentro 3.000 artículos bajo las claves violencia y género, pero al incluir hombres y España, los artículos se reducen a 11. ¿Vamos a tomarnos en serio, todos, esta lacra? ¿O va a seguir siendo considerada, desdeñosamente, "un asunto de mujeres"?

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