Dominio público

La escandalización cultural como paradigma del antigitanismo

Beatriz Micaela Carrillo de los Reyes

Antropóloga. Presidenta de FAKALI (Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas) y AMURADI (Asociación de Mujeres Gitanas Universitarias de Andalucía). Vicepresidenta segunda del Consejo Estatal del Pueblo Gitano. Miembro del Patronato del Instituto de Cultura Gitana.

Respuesta a las declaraciones de Arantxa Echevarría, cineasta y autora de la película ‘Carmen y Lola’: "O cuenta una paya la situación de la mujer gitana o no la cuenta nadie. Y desgraciadamente tiene que ser una paya porque ellos no tienen voz". 

No nos va a sorprender a estas alturas de la película que una cineasta de etnia paya pretenda validar su voz ante la castrada libertad gitana como fundamento del más trasnochado y caritativo etnocentrismo.

Y comienzo desde esa incapacidad cultural que se nos atribuye como mujeres y gitanas a esbozar algunas lindezas sobre la inquietud que me provoca la ocupación de ese progresismo más rancio de algunas consideradas herederas del feminismo, empaquetadas en la revolución francesa a la hispánica.

Queridas amigas, sin que os afecte a la matriz de vuestro colonialismo feminista, las gitanas no necesitamos vuestra voz para sustituir la nuestra. Creo que no os habéis enterado de que, aquello que denunciáis en vuestros titulares, es precisamente lo que habéis puesto en práctica confiscando nuestra lucha por dar rienda suelta al mito racial, reforzando los puntales del antigitanismo. Eso sí, todo maquillado de ‘buenismo’ privilegiado.

Sí, la escandalización opera en las entrañas de las sociedades consideradas superiores, un presupuesto de ese paradigma civilizado es acusar a nuestra cultura de secuestrar la libertad de las gitanas. Por eso esa necesidad de retroalimentar que si no es una paya la que nos salve de nuestra incapacidad para ello, seguiremos en el limbo de nuestra cultura integrista. Como explica además la periodista en un brote de alarma payacéntrica, comparando la cultura gitana con la musulmana más radical, ambas estigmatizadas por el monopolio racista.

Nuestra amiga cineasta presenta en su gran obra a dos gitanas lesbianas porque ella había soñado en los mundos de Yupi que la mujer paya está tan liberada de ese sistema patriarcal normaheterosexual que ahora debe rescatar a las gitanas dominadas por esa cultura machista inútil y retrógrada. Pero desde esa retórica salvacionista se usa el recurso fácil. Nada de explorar y documentarse sobre la historia de la opresión paya a la que hemos estado sometidas. No, no, no... lo mejor es aderezar su presentación pública con la mercantilización del prejuicio. Esto de escandalizarnos sobre los otros, los inferiores, los inválidos culturales es la mejor fórmula de marketing para promocionar la película. Marketing apestado por la industria televisiva con la emisión de programas basura sobre los gitanos y gitanas en las cadenas privadas de nuestro país.

Prosigo, porque aunque mi voz esté aplastada, parece que hay que consolarse con vuestra misión paternalista. Por ello os aplaudo. Gracias por la defensa de nuestras causas, pero haced el favor de no subestimar ni anular nuestra revolución, porque antes de que vuestras antepasadas pudieran liberarse del arquetipo de la virtud victoriana, a nosotras ya nos perseguían por subversivas, liberales, rebeldes e indomables por no someternos al fundamentalismo occidental religioso e integrista de control patriarcal y racista. Sistema de dominación machista que tu cultura ha impuesto en la mía... Ahí lo dejo amigas.

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