Dominio público

Brecha digital de género en tiempos de pandemia

Ángeles Marra

Portavoz de Transformación Digital del Grupo Parlamentario Socialista, diputada por Pontevedra. Doctora en Economía y Empresa Universidad de Vigo

Una mujer informática trabaja frente a su ordenador. P.R.
Una mujer informática trabaja frente a su ordenador. P.R.

¿Existen diferencias de género en el proceso de digitalización de la sociedad española? Esta es una pregunta de gran importancia por cuanto la digitalización es sinónimo de futuro, de progreso hacia una sociedad más sostenible, igualitaria, justa y con mayor bienestar para todas y todos. La pandemia de la Covid-19 ha conllevado la utilización masiva de los medios digitales.

Hemos tenido que trabajar, estudiar y también relacionarnos a través de lo digital. El teletrabajo, las aulas virtuales, el comercio electrónico o bien la administración electrónica han formado parte de nuestro día a día. De esta forma, se ha podido analizar si, como en otros ámbitos de la sociedad, existen desigualdades de género en los usos y destrezas digitales de la población. Pues bien, como se recoge en el reciente informe Indicadores de Género de la Sociedad Digital, elaborado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, la brecha digital de género es real y se ha acrecentado en tiempos de pandemia.

Los datos son extremadamente clarificadores en este sentido. En el último año, el 91% de hombres y mujeres accedían regularmente a internet. Además, a pesar de que el tiempo medio de uso de internet no presenta diferencias significativas, las tareas realizadas divergen notablemente. Nuevas herramientas digitales, pero viejos roles tradicionales. En las actividades realizadas en internet, las mujeres aplican, en mayor porcentaje, los medios digitales para el cuidado de su entorno familiar.

La salud, la educación y la comunicación en la red tienen un sesgo femenino. Son ellas las que más conciertan citas médicas online, son ellas las que más utilizan la red con fines educativos y son ellas las que más mensajes o videollamadas realizan. ¿Y qué sucede con el uso recreativo de internet? Justamente lo contrario. La descarga de juegos, el visionado de películas y videos o la lectura de noticias son realizadas por un porcentaje mayor de hombres que de mujeres. "Que todo cambie para que todo siga igual." Giuseppe Tomasi di Lampedusa.

Las compras en internet también nos muestran que la desigualdad de género está a un golpe de ratón. La mitad de los españoles y españolas realizan sus compras por internet. Hasta aquí ninguna diferencia. Pero, ¿y si analizamos los hábitos de consumo electrónico? Es ahí cuando las diferencias afloran. La ropa, cosméticos, productos de puericultura y servicios culturales son mayormente demandados por mujeres, mientras que los bienes tecnológicos, deportivos y contratación de otros servicios llenan las cestas virtuales de los hombres. Hábitos cotidianos que nos muestran que los roles por género siguen en el plano virtual.

El teletrabajo ha sido otro de los ámbitos de gran avance en su uso durante la pandemia. En este último año, el porcentaje de personas que han teletrabajado en España es muy similar al europeo, el 16% de la población activa. En este caso son las mujeres (17,2%) las que aventajan a los hombres (15%), siendo destacable que son las mujeres de entre 35 a 45 años las que más han adoptado esta modalidad. Sin embargo, el teletrabajo sigue perpetuando el mismo gran problema laboral de la conciliación, ya que son ellas las que tienen una mayor carga familiar y en cuidados que los hombres.

Pero si existen ámbitos en los que la brecha de género es más pronunciada es en el uso de la administración electrónica y la formación y especialización en TIC. La administración electrónica (envío y descarga de formularios, obtención de información en webs públicas o interacción con las autoridades públicas) por parte de las mujeres (61%) es menor que el de los hombres (64%).

Lo más preocupante es que esta brecha de género aumenta hasta los 12 puntos porcentuales en las personas mayores, de 55 a 74 años. Si hay un ámbito en el que las diferencias de género son abismales ese es el de la formación y especialización en TIC. Mientras que sólo el 0,5% de las graduadas en España lo son en disciplinas TIC, el porcentaje de hombres en esta área es siete veces mayor (3,5%). Esta realidad repercute drásticamente en el mercado laboral: El 80% de los trabajos TIC son ocupados por hombres.

La realidad que demuestran estas cifras demanda una actuación rápida y eficaz. Y así lo ha hecho el Gobierno de España con la aprobación de la Agenda España Digital 2025. Con sus diez ejes estratégicos y casi 50 medidas, este plan actúa en todos los ámbitos de la economía y sociedad para reducir la brecha digital de género. Este es el camino a seguir.

El futuro será digital, y el Gobierno, con sus actuaciones, garantiza que sea, además, sostenible, justo e inclusivo. Garantizar que las mujeres participen plena y equitativamente de este proceso significa fortalecer su independencia, integración y visibilidad en la sociedad. La agenda feminista es un compromiso firme del Gobierno. Y un deber para los que creemos que la capacidad y el talento femenino es imprescindible para abordar los enormes retos que nos depara el siglo XXI. No lo desaprovechemos.

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