Dominio público

Una reivindicación de nuestras raíces

Verónika Mendoza

Excandidata presidencial de Perú y política quechuahablante

Una reivindicación de nuestras raíces

En el Perú estamos atravesando una suerte de "nudo histórico" en el que se encuentran el inicio de un gobierno de cambio, una crisis múltiple (política, social, económica y climática), y la conmemoración del bicentenario de una República que aún no nos incluye a todos. Por eso, no es casualidad que en este último proceso electoral hayan hablado de manera tan explícita sectores que durante siglos fueron silenciados y han clamado por un cambio que no implica solo mayor redistribución o mejores servicios, sino sobre todo reconocimiento y participación.

Se abre entonces un periodo de cambios no solo institucionales sino también culturales. Y la élite que estaba acostumbrada a turnarse en el poder se resiste a dejar atrás la lógica colonial, clasista y racista según la cual decidían por sus súbditos, esos que ahora los miran a los ojos de frente, los desafían y hablan en lenguas que no entienden. Y les incomoda, como les incomoda que haya campesinos, Maitas y Quispes en los ministerios o un profesor rural en el Palacio de Gobierno.

Hablar en quechua o aimara o en alguna lengua amazónica en los espacios de poder es reivindicar nuestras raíces, nuestra historia, reivindicar a nuestros padres o abuelos que fueron duramente discriminados y violentados por vestir como vestían, por hablar en sus lenguas, es reconciliarnos con nuestro pasado, con nosotros mismos, con una parte de nosotros que muchas veces hemos tenido que negar, esconder o de la que nos hemos avergonzado en silencio. Es abrirnos al encuentro y el diálogo con la diversidad de nuestro país, ya no desde jerarquías absurdas sino desde un piso parejo, mirándonos los unos a los otros a los ojos, sin agachar más la cabeza. Es empezar a construir un Perú que nos reconozca y abrace a todas y a todos.

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