Dominio público

Los "no" presupuestos de Almeida

Enma López

Concejal del PSM en el Ayuntamiento de Madrid

Los "no" presupuestos de Almeida
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (c), durante la presentación de la reproducción a gran escala del logotipo creado con motivo del "Año Santo Jubilar San Isidro Labrador", este miércoles en Madrid Río, junto al Puente de Toledo. EFE/Víctor Casado

Madrid está inmersa en el debate presupuestario más incierto de los últimos años. Almeida ha presentado unas cuentas que se parecen más a una prórroga presupuestaria que a unos presupuestos de año electoral.

Es cierto que llevamos cuatro años denunciando que el Partido Popular carece de un proyecto para Madrid, pero lo de este año ha superado todos los límites. Parecería que vistas las pocas expectativas que tienen de aprobarlos, ni se han esforzado.

¿Cuáles son los grandes titulares de este presupuesto? ¿En qué van a invertir los casi 7.000 millones de euros que tienen para 2023?

Han dado tres titulares y les adelanto que ninguno de ellos va a cambiar ni mejorar la vida de los madrileños.

Primero: la bajada del IBI al tipo mínimo legal. Una bajada que supondrá que el Ayuntamiento de Madrid deje de ingresar 119 millones de euros. Una rebaja generalizada que siguiendo el modelo propuesto por el PP beneficia más a quien más tiene, y que para una familia modesta puede suponer, como mucho, 50 euros de ahorro al año. El mismo porcentaje aplicado a inmuebles con mayores valores, se traduce en cientos y miles de euros de rebaja en el recibo.

Con esos 119 millones de euros sería posible construir un equipamiento en cada distrito. ¿Qué es mejor, una bajada de 50 euros al año o una piscina, un centro cultural, o un dentro de día para mayores a los que poder ir 3 veces por semana? Los socialistas tenemos clara la respuesta a esa pregunta.

Segundo: eliminan diez tasas. Cuando entramos a analizar resulta que no son tasas, son tarifas. Y exceptuando una que por resolución judicial están obligados a suprimirla, el resto suponen un ahorro de cero euros. Es decir, han hecho limpieza de armario, han tirado alguna cosa que no se ponían y lo venden como una mejora para la ciudadanía.

Está muy bien poner orden en el sistema tributario de esta ciudad, pero no es comprensible que eso se eleve a titular presupuestario.

Y tercero: el campus del videojuego. El gran proyecto de Almeida y Villacís, aunque sea una de las medidas recogidas en los Acuerdos de la Villa y no a propuesta, precisamente, de ninguno de sus grupos municipales. Una inversión de 9,6 millones de euros, en un presupuesto de 7.000 millones, financiados, además, por fondos europeos. Más allá de que se trate de un proyecto poco ambicioso, es que es el tercer año consecutivo que lo anuncian y, a día de hoy, solo hay edificios vacíos.

Atrás quedan promesas necesarias como el soterramiento de la A-5 o el derribo del "scalextric" de Puente de Vallecas que, tras cuatro años mareando la perdiz, Almeida a ritmo de tentativa de proyecto ha decidido que "no era viable ".

En este presupuesto, más que nunca, se notan las prioridades de Almeida. Los distritos más favorecidos son los de Salamanca y Retiro, mientras a la cola se encuentran San Blas-Canillejas, Latina y Puente de Vallecas. Las cifras no engañan, son crudas y frías, y señalan lo que llevamos cuatro años advirtiendo desde la oposición: el sur está abandonado. Madrid sigue siendo una ciudad desigual social y territorialmente.

Almeida ha agotado los conejos que le quedaban en la chistera para seducir a Vox. Ha hecho un proyecto de presupuestos pensado para la ultraderecha y la ultraderecha le da calabazas. Y ahora mendiga el apoyo de la izquierda como quien pretende ir a la feria de abril vestido de tirolés.

Madrid merece una alcaldesa que tenga un proyecto para Madrid, que ponga sus fuerzas en mejorar la calidad de vida de todos los madrileños, vivan donde vivan. Que de verdad sepa gestionar y que lo haya demostrado. Madrid merece más, merece algo mejor y ante todo Madrid no merece estar representada por quien solo vive de la polémica, del enfrentamiento y del chascarrillo.

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