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Hacerse un Collboni

Sato Díaz

Jefe de Política en Público

Hacerse un Collboni
El exprimer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, durante la inauguración de la nueva sede de NTT Data en Barcelona, a 16 de enero de 2023, en Barcelona, Catalunya (España).- EUROPA PRESS

‘Estar a la vez en el plato y en la tajá’ o ‘estar en misa y repicando’ o ‘sorber y beber a la vez’ o ‘nadar y guardar la ropa’ o ‘ser juez y parte’ o ‘servir a dos amos a la vez’ o... Todos estos refranes son sinónimos de una expresión que podría popularizarse: ‘hacerse un Collboni’.

El pasado lunes el, hasta entonces, teniente de alcalde de Barcelona dejó su puesto en el Ayuntamiento con el pretexto de centrarse en la campaña de las municipales. Una campaña, la de la capital catalana, que se muestra muy ajustada en los sondeos, con hasta cuatro candidaturas con opciones de hacerse con la Alcaldía el próximo 28 de mayo: Ernest Maragall con ERC, Ada Colau con Barcelona En Comú, Jaume Collboni con el PSC o Junts con Xavier Trias, cuyo anuncio como candidato ha revolucionado la situación.

En las últimas semanas, desde que se iniciara este electoral 2023, dos relevantes encuestas en dos influyentes diarios catalanes han elevado el oleaje en las playas barcelonesas. La del Diari Ara otorgaba, el 8 de enero, una ventaja por la mínima al PSC, con nueve concejales, y un triple empate comunes, republicanos y Junts, con ocho. También entrarían en el Consistorio catalán el PP (3) CUP (3) y Vox (2).  

Por su parte, una semana después, La Vanguardia sorprendía anunciando un vuelco electoral en favor del Trias con una encuesta que manejaba una muestra mucho menor que la anterior. Junts llegaría a la Plaça de Sant Jaume con 12 ediles, Barcelona en Comú y PSC empatarían con 10, ERC se desplomaría hasta los cinco, CUP y PP entrarían con dos. Desde entonces, el periódico del Conde de Godó ha reiterado en artículos y editoriales que el regreso a la Alcaldía de Trias podría estar cada vez más cerca. 

Hay quienes ven en esta línea editorial una voluntad del ‘establishment’ para quitar el bastón de mando a Colau y forzar un entendimiento entre Junts y PSC, que mande la sociovergència de toda la vida. La jugada sería redonda para los amantes de la tranquilidad política, para que deje de sonar el rock n’ roll catalán de los últimos años. Trias como alcalde supondría, además, un contrapeso importante en la derecha nacionalista catalana a Carles Puigdemont y Laura Borràs, a esa línea independentista que sigue encallada en 2017 como motor de su acción política. "Més Trias i menys Borràs", repiten, sottovoce, los despachos de la capital de Catalunya.

No reflejan estas encuestas la operación del candidato socialista. ‘Hacerse un Collboni’; salir del Gobierno de la ciudad para centrarse en la campaña; romper el acuerdo con los comunes por el que él era el teniente de alcalde sin acabarlo de romper, pues mantiene la coalición de gobierno con ediles del PSC; diferenciarse de Colau desde fuera como estrategia electoral; hacer oposición al ejecutivo barcelonés del que forma parte... 

Collboni ha priorizado sus intereses electorales a la gestión de la ciudad, dándole la vuelta a esa frase tan manida que los políticos repiten una y otra vez: "Primero el interés público, después el interés del partido y, por último, los intereses personales". Aquí han ido primero los personales, después los del partido y, por último, la institución. ‘Hacerse un Collboni’.

Y es que, según comentan en las sedes de Pallars y de Ferraz, la decisión de salir del Ejecutivo municipal de Collboni es casi personal, mucha gente no la ve clara ni en su partido. Y es que el candidato socialista necesita hacer campaña, patearse la ciudad. La fortaleza de su candidatura está en el partido, la marca PSC cotiza al alza en los últimos tiempos en Catalunya (y en Barcelona) y también lo hace la asociación con la figura de Pedro Sánchez, no tanto en la valoración del propio candidato. Le ocurre lo contrario a Junts, donde su marca cotiza a la baja, pero la figura de Trias gana adeptos por doquier.  

Para el PSOE, lograr la Alcaldía de Barcelona a partir del 28 de mayo es una cuestión prioritaria, lo que podría ser vendido, de cara a las próximas elecciones generales, como ejemplo de triunfo de las políticas de desinflamación del conflicto catalán llevadas a cabo por Sánchez. Por ello, ya se ha visto al presidente del Gobierno fotografiarse con Collboni en su designación como candidato y aparecerá por Barcelona durante la campaña para acompañarle.

Que el socialista haya decidido ‘hacerse un Collboni’ también tiene que ver con la voluntad de distanciarse de Colau en este final de la legislatura. Y no solo por estrategia electoral, hay evidentes diferencias en el modelo de ciudad que defienden cada uno. El plan de usos para los espacios liberados del tráfico a través de las super-illas es motivo de enfrentamiento entre comunes y socialistas. Collboni, al modo Almeida (para desesperación de muchos vecinos madrileños), querría usarlas como espacio para la hostelería y las terrazas. 

‘Hacerse un Collboni’ tendrá, seguro, efectos para la campaña. Pero el portazo a Colau del candidato socialista puede tener efectos contrarios a los esperados para él mismo. Al lanzar el mensaje de enfrentamiento con la alcaldesa la sitúa, a ella, como el rival a batir, ensanchando la sensación de que es un ‘todos contra Colau’. Ella, por su parte, ya ha decidido que quiere polarizar con Trias, de ahí la famosa foto de una comida entre el exalcalde y la alcaldesa lanzando un mensaje: la partida se juega en esta.

Sin embargo, Barcelona En Comú ha querido minimizar el escándalo de que el ex teniente de alcalde haya decidido ‘hacerse un Collboni’. Al fin y al cabo, con una aritmética tan ajustada puede hacer falta un nuevo entendimiento comunes-PSC para reeditar la Alcaldía, para desesperación de los sectores más soberanistas del espacio hermanado con Unidas Podemos, que querrían probar un pacto con ERC. Si los de Colau suben el tono con los socialistas por el bandazo de Collboni, podría ser interpretado como un señalamiento del camino hacia Trias, la sociovergència.

Todo está abierto en estos últimos meses de campaña en la capital catalana. ERC ansía recuperar el foco perdido últimamente, quizás guarde un as en la manga con la designación de la persona que ocupe el número dos en la lista de Maragall. Un golpe de efecto también ha sido lo de ‘hacerse un Collboni’. Unos meses de política palpitante nos esperan entre el mar y la montaña, entre el Llobregat y el Besòs.

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