Dominio público

Lecciones de ultraderecha: cuando España va, Francia vuelve

Ana Pardo de Vera

"España no es Francia ni está como ella". Ahora parece que la República vecina es el último país de Europa al que habría que parecerse, cuando en realidad, Francia va muchos kilómetros por delante de España y, aunque sus hábitats no son comparables, España está trabajándose a fondo su peor cara para acabar siendo, asimismo, el peor rostro de Francia. A nuestros vecinos por el norte, no obstante, les falta aún tocar fondo con la ultraderecha gobernando como primera fuerza, un supuesto más que factible en las próximas elecciones presidenciales y con un Emmanuel Macron en retroceso y sin solución de continuidad en sus propias filas, si es que existe tal cosa en el macronismo. 

Este domingo, en una entrevista de Patricia Simón a Sami Naïr en La Marea, el prestigioso político, sociólogo y filósofo francés, especializado en derechos humanos y migraciones, alerta con precisión de todas las coordenadas que han ido trayendo a Francia al momento actual, donde, sobre todo, franceses descendientes de la migración de las antiguas colonias en África, tras varias generaciones ya, reivindican su lugar en la República de la (no)égalité mostrando su rechazo hacia los símbolos de ésta. Caldo de cultivo perfecto para los postulados xenófobo-populistas de la ultraderecha, la cual, tal y como alerta Naïr, campa a sus anchas en las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado francés. ¿Les suena?

"La Policía se ha vuelto cada vez más brutal y violenta, y no vacila a la hora de provocar a los jóvenes. Y es muy fácil hacerlo. Se encuentran en la boca de un metro a tres chicos con facciones magrebíes o de piel negra y despliegan un grupo grande de agentes, les piden los papeles, los ponen contra la pared, los esposan ...", cuenta el filósofo en una narración empapada de violencia que, siguiendo la máxima, solo genera cada vez más violencia. ¿Pero es Marine Le Pen responsable de esta falta de integración combatida con brutalidad si la líder de Rassemblement national (RN), partido hermano de Vox, todavía no ha presidido Francia?

Evidentemente, Le Pen, cuyo partido sí ha logrado sustituir a la derecha tradicional francesa, también en el Parlamento Europeo, es causante del odio hacia los migrantes con sus mensajes excluyentes de miedo y rechazo y sus políticas xenófobas, pero, como en buena parte de la España de ultraderecha, ha sido la dejación y la ausencia de políticas migratorias integradoras por parte de los gobiernos de Nicolas Sarkozy, François Hollande o Macron las que trajeron el odio y la violencia contra el extranjero pobre. Eso, y que la derecha tradicional ha asimilado los postulados antimigración (y antidemocracia) de la extrema derecha, lo cual, lejos de darle réditos, la está diluyendo ("Nos encontramos siempre en la misma situación: para proteger el Estado liberal siempre se pone en marcha el Estado penal", reflexiona Naïr)


La ultraderecha española comparte postulados con la francesa de Le Pen, sobre todo, en su rechazo a los migrantes africanos, de creencias islámicas y/o pobres (solo hay que consultar el programa electoral de Vox para el 23-J), pero le queda todavía un trecho para tener su éxito, probablemente, por la carga franquista y privilegiada de la mayoría de sus votantes. Solo hay que darle tiempo y, tal y como denuncia Naïr en Francia, la complicidad de la derecha española, que va asumiendo sin escrúpulos y solo por una cuestión de poder los postulados de Santiago Abascal, reventando todos los consensos democráticos. De poco nos serviría que desapareciera Vox si, para devolver a su electorado a los brazos del PP, éste decide ser Vox; y no se puede ser demócrata y fascista a la vez. Miren a Francia.

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