Dominio público

Más de cinco años de crisis en las derechas españolas

Sato Díaz

Jefe de Política de 'Público'

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, flanqueado por dos de sus predecesores, Mariano Rajoy y José María Aznar, aplauden durante la clausura de la 26 Intermunicipal del partido, en Valencia, en febrero de 2023. E.P./Jorge Gil
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, flanqueado por dos de sus predecesores, Mariano Rajoy y José María Aznar, aplauden durante la clausura de la 26 Intermunicipal del partido, en Valencia, en febrero de 2023. E.P./Jorge Gil

El 31 de mayo de 2018, Mariano Rajoy abandonaba el Congreso de los Diputados despidiéndose de su grupo parlamentario y sabiendo que al día siguiente se consumaría una moción de censura contra él. El fotógrafo Dani Gago inmortalizó el momento histórico. La iniciativa, impulsada por el socialista Pedro Sánchez, llevaría a este último a la Moncloa y sacaría a la derecha del Gobierno del Estado. Hasta hoy.

Más de cinco años después de que Rajoy marchara del hemiciclo a beber y a olvidar sus desgracias en el restaurante Arahy, junto a la madrileña Puerta de Alcalá, la derecha sigue inmersa en una crisis intrínseca. Esta se ha evidenciado de nuevo este jueves, cuando PP y Vox no han sido capaces ni de ponerse de acuerdo para votar conjuntamente a la presidencia de la Mesa del Congreso. El PP ha sellado un pacto con el diablo: ha configurado un bloque político con Vox pactando en comunidades autónomas y ayuntamientos, pero que al mismo tiempo le aleja de la gobernabilidad de un Estado que tiene como una de sus más reseñables características la plurinacionalidad, sea reconocida o no en los papeles.

En aquella moción de censura victoriosa para Sánchez, no solo la derecha entró en crisis crónica, sino que se configuró una nueva mayoría política y parlamentaria que hasta ese momento no operaba como tal y que perdura, a trancas y barrancas, hasta la actualidad. Dos características la definen: progresismo y plurinacionalidad. En aquel momento se le denominó "mayoría de la moción de censura". Más adelante, cuando Sánchez y Pablo Iglesias inmortalizaron en un abrazo el acuerdo de Gobierno de coalición progresista, a finales de 2019, sería la "mayoría de la investidura", que lideró la política española durante la pasada legislatura con una notable actividad legislativa y parlamentaria.

El acuerdo múltiple (PSOE, Sumar -con sus diferentes partidos coaligados-, ERC, Junts, EH Bildu, PNV, BNG)  que ha llevado con 178 votos a Francina Armengol a la presidencia del Congreso vuelve a poner encima de la mesa la realidad plurinacional del Estado y su tendencia mayoritaria progresista. Frente a esta, la derecha española ha vuelto ha fracasar. El enésimo distanciamiento entre PP y Vox desde que la formación ultra entró a operar en la política estatal, que se vio este jueves en la votación a la Mesa del Congreso, pone de relieve una constante: el nacionalismo español no es capaz de imponerse a la realidad diversa que compone el Estado español.

La crisis de las derechas españolas ya dura más de cinco años, y coincide temporalmente desde el momento culmen del procés. Refugiada en la venganza contra el independentismo, las derechas españolas no han tenido más propuesta política en el último lustro. Ni la tuvo el extinto Ciudadanos, ni el PP de Pablo Casado, ni el de Isabel Díaz Ayuso, ni el de Feijóo. Vox también basa todo su argumentario en el nacionalismo español y la confrontación con los distintos soberanismos nacionales.

La famosa foto de Colón, que reunió en la plaza madrileña a la flor y nata del nacionalismo español, sigue siendo una premonición. Ya no queda casi nadie del retrato.

Tras cinco años de crisis permanente de las derechas españolas, comienza una nueva legislatura en la que todo pinta a nuevo fracaso de las mismas. La derecha española, para gobernar, tendrá que evitar repudiar a buena parte de España, comprender a su propio país.

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