Dominio público

Urkullu, 'the King of Reality'

Jule Goikoetxea

Esta es la historia de un Rey que mediante sus juglares publicó hace unos días el articulo Euskadi: Realidad versus Populismo. En él le dice a su pueblo, a sus trabajadores, a sus lacayos y prácticamente a toda la academia, que mienten. Él no dice ""mentir", lo llama "populismo", pero tranquilas, también tiene lío con el concepto "democracia". El King of Reality dice que nuestro relato y nuestros datos acerca de cómo está el país son absolutamente falsos porque ni las mujeres aportan un 30% del PIB con su trabajo no pagado ni es cierto que una de cuatro mujeres tenga contrato parcial ni que casi la mitad de los trabajadores del sector público sean provisionales ni por supuesto que la tasa de gente "sin bienestar" sea superior al 22%, 482 mil personas en concreto y con una subida de 6 puntos desde 2008.

¿Sabéis lo mejor? Que son sus datos. Datos del Gobierno Vasco.

Entiendo que como Barbi en Barbiland, the King of Reality no tiene que levantarse a diario a limpiarle el culo al 15% de la población, ni al limpiar la casa de otro 15%, no tiene que elegir entre comprarse unos zapatos de lluvia o pagar el dentista. Como Barbi en Barbiland, el King de Realityland ni come ni cojea ni llora ni defeca. En Realityland la Realidad es hermosa, familiar, fluida y hogareña, el sol se refleja en los blancos dientes de las madres que agradecidas por su dicha ofrecen a sus hijos, futuros súbditos, grandes sonrisas en los parques ecosistémicos mientras saludan cariñosamente a los pilotos que surcan el cielo azul con aviones de algodón azucarado. Todo el mundo tiene casa, cuidado y trabajo desde que the King of Reality, acompañado por Patxi y Manolo, llegó a esta región española que antes no era más que un desierto lleno de cabras y salvajes y que ahora, con mucho esfuerzo y eficacia, han convertido en un oasis de bienestar en este mundo global y cruel donde según Naciones Unidas, Eurostat y cualquier instituto de estadística de cualquier país, los ricos son cada vez mas ricos y los pobres más pobres...excepto en Realityland. Aquí los frondosos árboles dan sombra a las callejuelas que rodean el Guggenheim y la torre Iberdrola, expositores del poder global pero benevolente. Los pelos rubios bailotean tenuemente con la brisa de la ría de Bilbao y los toldos de la Concha los acompañan en esta grácil danza de La La Land, mientras los medianos empresarios tocan la flauta mágica echa de coco autóctono y los manteros ondean sus bolsos de imitación al son de los juglares y los pequeños empresarios de la corte. Saludan entusiasmados a Garamendi, ministra de la cosa pública, que, al unísono con el King, nos dice que hay que hacer análisis rigurosos, que todas esas médicas que sueltan inclementes chismorreos sobre cómo la privatización incrementa la mortalidad y las enfermedades de la población, son demagogia. La enojada ministra de lo público insistía que la calidad de la cosa pública no se logra protestando públicamente, con huelgas y demás antiguallas, porque no hay relación entre protesta organizada y mejora de condiciones de vida. Es decir, entre lucha organizada por mejorar y mejora.

Pedimos seriedad y nos mandan bufones.

El King de Reality, junto a su cortejo, nos está diciendo que todas las investigaciones basadas en los datos del Eurostat, el INE y el Eurostat, los datos de los organismos internacionales, institutos, departamentos y facultades de las universidades, así como todos los estudios científicos que demuestran que hay un proceso de privatizaciones, de acumulación de riqueza y expansión de la pobreza en toda Europa ¿son falsos? ¿Está el King insinuando que esos datos no son de Reality, que son de otro lugar, quizá de Populistland?

Entendemos su nerviosismo, porque el otro día intentaron asaltar el Palacio del King. Parece ser que unos bandidos rodearon el ala oeste del palacio, donde los guardianes de Reality comen y duermen, no por turnos, sino por méritos. Se pusieron tensos al vislumbrar objetos no identificados enviados por malvados catastrofistas entre los que creen haber divisado a la mayoría sindical vasca, que por cierto debió romper los muros del palacio a la altura del salario mínimo, y también se avistó a la academia, antiguamente sede del orgullo nacional y la excelencia, reducida ahora a una masa de indigentes populistas expertos en el horóscopo que se dedican a engañar a la ciudadanía con sus cornetas diciendo que el King no solo no va desnudo sino que se viste de Armani y lleva tangas de Versace.

Estas hordas mentirosas de antigua nobleza industrial venida a menos y compuestas mayoritariamente por los del metal son, junto con las profesoras de secundaria, de administración, las trabajadoras de las residencias y del sector textil, una amenaza a Reality, ha dicho el King ¿Cómo osan disputarme Realidad? ¡Yo soy el King of Reality, esta es mi tierra, yo la parí y la amamanté!

Ante este desatino, el King de Reality ha decidido que en el próximo Basque Center of Innovation va a construir the Robot of Reality. Se trata de un Robot que podría gobernar mediante un algoritmo, no mediante políticos. Codificarán toda la Reality en algoritmos de forma que ya no necesitaremos especialistas en bioquímica, ni profesionales de la medicina ni sindicatos ni universidades dando su opinión, porque el Robot of Reality te dirá todo el rato cual es el problema más importante de la Realidad y la técnica más eficaz para resolverlo en cada momento y como el King tiene toda la Reality aquí metida, entre el pecho y el escroto, pues la codifica toda, la mete en el Robot, y hala, a gobernar la realidad eficazmente.

Es más ¿qué sentido tiene la democracia si la Reality pertenece al King of Reality que obviamente tiene toda la sabiduría y experiencia para gobernar la Reality, a diferencia del demos, que no tiene ni puta idea y se dedica a engañar y a emborracharse?

Yo, como parte del bufoneo que hace populismo junto a sindicatos, organizaciones y movimientos sociales de toda estirpe menos la de Verdad, junto a hosteleras, trabajadoras domésticas y de residencias y de la mano de eso que llaman academia, donde tenemos investigadoras produciendo ciencia de calidad entre las tres y las tres y media en la parada del autobús para luego poder operar a su excelencia y que no muera de una enfermedad tratable, no al menos antes de encontrar un digno sucesor para Realityland, opino que el traje de seda de autoritarismo benevolente que lleva su vuecencia le marca demasiado el paquete. Y si quiere datos, se los doy.

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