Dominio público

Por qué 'Público' no informará sobre Eurovisión

Virginia P. Alonso

Directora de 'Público'

Por qué 'Público' no informará sobre Eurovisión

Hay varias fechas que los medios de comunicación digitales en España esperan cada año como el agua de mayo. Una es, por ejemplo, el día de la Lotería de Navidad; otra, el festival de Eurovisión. No se trata tanto de una cuestión editorial, de gusto por el juego o por los concursos televisivos, sino de pura economía.

En torno a esas dos fechas, las lectoras y lectores buscan en internet de manera masiva contenidos e informaciones sobre ambos eventos. Esto genera gran volumen de entradas a las webs de los medios que mejor posicionan sus contenidos en Google; un consumo que se traduce en un inmenso volumen de páginas vistas (clics) y, por tanto, de ingresos en forma de publicidad.

Por este motivo, la mayoría preparan durante los meses previos informaciones relacionadas con estos y otros acontecimientos similares: saben que ahí se juegan los resultados de un mes completo.

En Público nunca hemos sido mucho de Eurovisión. Sin embargo, sí hemos informado sobre su desarrollo en años anteriores dentro de UwU, nuestro canal temático para los más jóvenes, aunque no lo hemos hecho de manera tan intensiva como otros medios.

Pero este 2024 hemos decidido no publicar ni una línea sobre el festival y lo que allí suceda. Lo hacemos como forma de protesta por no haber excluido de sus participantes a Israel, país que esta cometiendo con total impunidad un genocidio en Gaza.

A juicio de quienes hacemos Público, la inclusión de Israel en Eurovisión implica pasar por alto de forma deliberada la ilegalidad internacional en la que incurre este país y cerrar los ojos ante la matanza indiscriminada de casi 30.000 personas en Gaza, incluidos miles de niños.

La historia nos muestra que el arte y la cultura no son ajenos a la política; de hecho, a menudo se convierten en sus expresiones más potentes. Así se evidenció el año pasado, cuando Eurovisión publicitó a bombo y platillo su decisión de dejar fuera a Rusia por la invasión de Ucrania.

¿Por qué esa consideración no se repite en el caso de Israel? Permitir su participación supone, como poco, una incoherencia en los criterios de inclusión o exclusión de Estados basados en sus políticas o acciones. Aparte de poner en evidencia la necesidad de parámetros más transparentes y éticamente sólidos en la selección de participantes para este tipo de certámenes de enorme impacto.

Y esto por no hablar del debate de los últimos días sobre las canciones que ha presentado Israel. La Unión Europea de Radiodifusión (UER) considera que esas canciones no pueden participar por ser "demasiado políticas" y esto incumpliría las normas del certamen, lo que llevaría a la descalificación de Israel si no se aviene a modificar las letras.

Es decir, que si al país gobernado por Netanyahu se le negara su participación en el festival, la decisión no tendría que ver con el genocidio que está cometiendo en territorios palestinos, sino con una cuestión meramente técnica a la que tienen que someterse todas las canciones que concurren.

El gesto de Público representa una toma de posición ética frente a un fenómeno cultural de gran repercusión a escala global que, para muchos participantes y espectadores, trasciende el mero entretenimiento y constituye una plataforma de expresión política y social. Reivindicamos así la necesidad de mantener una postura crítica sobre estos macroeventos culturales y su potencial impacto en cualquier sociedad.

Pero esta reflexión va más allá de Eurovisión y aspira a abrir un debate sobre cómo los medios de comunicación eligen representar y respaldar (o no) ciertos acontecimientos y países. ¿Deben los medios limitarse a ser plataformas neutrales de entretenimiento y cultura, o tienen la responsabilidad de adoptar posturas éticas, incluso cuando esto pueda costarles audiencia?

En el caso de Público, la elección es clara: priorizar la ética sobre un contenido que, aunque popular y rentable, está teñido de controversia, dobles raseros y ausencia total de empatía hacia víctimas inocentes.

El cerrojo informativo de Público a Eurovisión no incluirá las críticas al festival, sobrecostos, mala praxis o actos de protesta que se produzcan durante su celebración. En este marco, se podrá leer incluso alguna reseña de relevancia cultural o social sobre los mensajes de canciones comprometidas o de denuncia; pero no sobre la organización o la competición. Se trata de un enfoque que busca poner el arte y mensajes que merecen ser escuchados por encima del certamen.

En Público somos conscientes del impacto negativo que en términos de audiencia y, por tanto, de ingresos, supone esta decisión, pero estamos convencidas y convencidos de que el compromiso de este medio pasa necesariamente por impulsar la defensa de los derechos humanos y no caer en la complacencia de las audiencias masivas.

Es un acto de congruencia con la línea editorial que históricamente ha definido a este medio. Pero esta congruencia tiene un coste demasiado elevado que sólo puede ser compensado con el respaldo económico de nuevos suscriptores y suscriptoras. Por eso, si tú también crees en el periodismo ético, valiente y comprometido con los derechos humanos, te pido que nos apoyes y te unas a la República de Público. Sólo así podremos seguir tomando decisiones como esta.

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