Dominio público

Andalucía no necesita cuentacuentos

Juan Espadas

Secretario General del PSOE-A

 

Bandera de Andalucía en el exterior del Parlamento andaluz. EFE
Bandera de Andalucía en el exterior del Parlamento andaluz. EFE

Érase una vez un presidente de la Junta de Andalucía que, cada 28F, salía de su palacio para contarle un cuento a los andaluces y andaluzas. Se llamaba Juan Manuel Moreno Bonilla y le encantaba hacerse fotos desde todos los ángulos posibles en las que él saliera muy bien y la realidad que estaba a su espalda apareciera distorsionada.

Para él, el 28 de febrero debía tener dos ingredientes: celebrar el día de Andalucía recordándole a los ciudadanos lo buenos y talentosos que eran y contarles que vivían en una arcadia feliz que podía serlo aún más si el Gobierno de España no maltratara a Andalucía. Y, por supuesto, todo ello aliñado con la suerte que esta tierra tiene desde hace cinco años de haberle descubierto a él y al PP, que son los auténticos protagonistas de la refundación de nuestra comunidad como tierra de éxito y oportunidades, sin que nada antes se hubiese hecho desde el inicio de la autonomía andaluza por todos los gobiernos socialistas que le precedieron.

Uno de los ingredientes elegidos este año 2024 llama a la reflexión y potencia la autoestima: líderes en una sonrisa. Felicidades a los creativos de la campaña.

El segundo ingrediente, el de la confrontación con el gobierno de Pedro Sánchez y su falta de compromiso con Andalucía, lo tenemos diariamente por castigo. Y no se preocupen que, en el discurso institucional del acto de las medallas, se actualizará convenientemente con una derivada reciente: aquellos que estén de acuerdo en ese gobierno malvado con el Sr. Moreno Bonilla, serán agasajados por su actitud y envueltos en el espíritu de concordia dialogante que el presidente emana y que sólo es mérito de él, nunca de la persona del Gobierno con la que acuerde (véase el Pacto de Doñana).

La cuestión es si Andalucía está para escuchar los cuentos del Sr. Moreno Bonilla, o las verdades del barquero que te cuentan las y los andaluces de a pie que sufren cada día el deterioro dramático, por ejemplo, de la sanidad pública: más de un millón de personas en listas de espera para ver a su especialista o para una intervención de la que puede depender su vida, centros de atención primaria con citas para diez días o cerrados por las tardes, profesionales sanitarios saturados que no pueden más y cuyas condiciones laborales les hacen irse a otras comunidades o a la sanidad privada...

El 28 de febrero celebra, entre otras cosas, la aspiración del pueblo andaluz de ejercer su autonomía y autogobierno conquistado en las calles para romper los obstáculos y las brechas de desigualdad que históricamente condenaron a nuestra tierra al subdesarrollo. De eso es de lo que un presidente debería dar cuenta cada año si queremos ser justos con nuestra propia historia y con la gente, más allá del marketing y la propaganda institucional.

El Sr. Moreno Bonilla sabe que su cuento está cada vez más lejos de la realidad, pero los que deben saberlo son los andaluces y andaluzas que le otorgaron una mayoría absoluta y ven cómo somos furgón de cola en comparación con otras comunidades. No sólo en la sanidad, sino también en la educación pública (con 2000 aulas educativas menos desde que es presidente, peores ratios por alumno en las clases o una oferta pública insuficiente de FP).

Cuando indicadores como el de pobreza o exclusión social crecen en Andalucía este último año y se sitúan 11 puntos por encima de la media nacional, o a los jóvenes se les ignora en las ayudas al alquiler de la vivienda justo cuando, a pesar del mantra de la financiación autonómica del Estado, esta comunidad tiene la mayor financiación del Gobierno de España y de los fondos europeos de su historia, es que la gestión del gobierno del Sr. Moreno Bonilla no supera el aprobado ni de lejos.

El presidente cuentacuentos es un buen vendedor, pero no es un buen gestor. Esto va de aprovechar las inversiones y los presupuestos y no de que te coja el toro sin haber hecho los deberes en la ejecución de las infraestructuras hídricas cuando arrecia la sequía para acabar pidiendo ayuda al que no paras de criticar, por cierto.

Es una pena que, con un momento positivo como el que vive la economía española en el marco europeo de avance en la generación de riqueza y empleo, tengamos a un gobierno del PP que es incapaz de mejorar la acción de su autogobierno y el ejercicio de sus competencias para que Andalucía acorte diferencias y crezca más que la media de otras comunidades y regiones europeas. En vez de eso, intenta ocultar su mala gestión confrontando y quejándose siempre de otros.

Andalucía necesita más y mejor autogobierno, necesita una cooperación eficaz con el Gobierno de España en la que haya más inversiones en proyectos estratégicos que cambien los problemas estructurales de nuestro tejido productivo y lo hagan más competitivo en los escenarios presentes y futuros.

No necesita más cuentos ni propaganda, sino mejor gestión y un proyecto ambicioso que tenga en cuenta lo que necesitan y demandan históricamente todas y todos los andaluces.

 

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