Con un apellido impronunciable y una notoria facilidad para los malentendidos en tugurios con la música alta y poca luz, Hermann Tertchst es el ejemplo que todos los comunicadores debemos seguir si queremos tener un trabajo el día en que Marine Le Pen decida invadir la Península.

Terchsts nos dejó boquiabiertos hace tres años con un ejercicio de profesionalidad nunca visto: grabó su crónica sobre la huelga general un día antes de que se produjera. No lo voy a negar, comparto con el compañero Tesrtchj la afición por la comunicación, la noche, los vasos de tubo, y ese chasquido de lengua con el que llamamos al joven y precario camarero con un desprecio propio de liberal pagado con dinero público. A Terstx y a un servidor nos unen ya tantas cosas que me veo capacitado para aplicar la misma técnica (brecha periodística-ultra espacio-temporal) para describirles con aroma fascistoide el transcurso de la Diada de Catalunya de mañana. Vamos allá:

A las 10:00 de la mañana se dieron cita, frente al monumento a Rafael Casanova, los dirigentes de los más destacados partidos del panorama político catalán, con sus ya características esvásticas en la solapa de sus chaquetas y su sed de venganza reflejada en sus miradas. Artur Mas (Junts pel Sí) no dudó en limpiarse los zapatos con una rojigualda antes de pronunciar ante la prensa sus desafiantes palabras: "La Ley me la paso por el Arc del Triomf", decía, entre las carcajadas de su testaferro Raül Romeva (ex dirigente estalinista).

También estaba presente la coalición formada por ICV-EUiA, Podemos y Equo: Catalunya Sí Que Es Pot, representada por su candidato Lluís Rabell, quien depositó en el monumento una bandera de Venezuela por error. Por otra parte, los radicales de la CUP se presentaron tarde al evento. Si bien algunos no habían dormido, el resto de la cuadrilla parecía sufrir una densa resaca. Las antorchas y los adoquines que portaban dejaban claro que su intención es destruir el sistema democrático por completo. Las palabras de David Fernàndez así lo demostraron: "Volem construïr un nou estat que garanteixi la igualtat entre totes les persones" ("Queremos un nuevo Estado para desarrollar un programa nuclear similar al iraní").

El Partido Popular de Cataluña, siempre dando la cara en defensa del Estado de Derecho, envió para representar a su formación a un crash test dummy, un maniquí para ensayos de choque. Al no hacer declaraciones, el muñeco se colocó al instante como político mejor valorado del PP catalán. El partido revelación, Ciudadanos, no pudo asistir al evento por un error de comunicación: según su gabinete de prensa, sus dirigentes creyeron que el acto se celebraba en Madrid.

A las 15:00 horas se celebró, en otro barrio de la Ciudad Condal, uno de los actos que han resultado más polémicos. La Assemblea Nacional Catalana organizó un baile de sardanas sobre ejemplares de la Constitución Española ardiendo. Un aquelarre nacionalista que dejó boquiabiertos a los periodistas extranjeros. Òmnium Cultural no se quedó atrás, y premió con 5.000€ al ganador del concurso de quema de retratos de españoles ilustres (Manuel Fraga, Felipe VI, Andrés Pajares...).

En torno a las 17:14, un grupo de unas 30 personas se reunieron en la Avenida Meridiana sin que nada destacable sucediera.

Desde el AVE de vuelta a Madrid se despide este humilde reportero. Hasta pronto, España.