A mi bola

Bielsa y el león que se muerde la cola

No hubo quinto malo, pero tampoco bueno. Cinco jornadas de Liga después, el Athletic de Bielsa continúa sin ganar. Y eso que el Villarreal que se vio ayer en Bilbao dejó mucho que desear. Sin la circulación y la fluidez habitual en su juego y sin ambición para hurgar aún más en las dudas de un rival que si ya estaba en inferioridad anímica, acabó también en inferioridad numérica por la expulsión de Ekiza.
Con dos puntos, ambos recolectados en San Mamés y en sendos empates con poco lustre, el Athletic no leva anclas y hoy podría ser colista si Sporting (0) y Getafe (1) suman tres. Este Athletic de autor es el león que se muerde la cola: si no gana, le costará mejorar su juego y si no mejora su juego, le seguirá costando ganar. Bielsa tiene trabajo y quizás deba explicarse mejor, pues hay jugadores que no le entienden (o al menos eso dicen) y otros que le demandan más comunicación (o al menos de eso se quejan).

Después de volver a reconocer públicamente sus errores, "más de los acostumbrados en mi gestión", el argentino estiró la manta para intentar taparse la cabeza y los pies y alineó un 3-3-3-1 con dos objetivos claros: evitar que su defensa hiciera aguas como ocurrió ante el Betis y provocar que el Villarreal no tuviera salida de balón e intentar recuperar cerca de su área. En partidos anteriores los rojiblancos se encimaban demasiado en campo rival y regalaban espacios a la espalda de la defensa. Sin embargo, el principal problema del Athletic es que cuenta con una serie de jugadores de los que no hay noticias. Llorente está desconectado, no ya del juego, sino del balón. Tampoco Javi Martínez tiene incidencia en el juego. Sin ser un virtuoso y con mucho aún por aprender, el despliegue del navarro, de zancada larga y envergadura ancha, se echa en falta en un centro del campo sin Herrera, lesionado, y donde únicamente la magia de Muniain es capaz de provocar que pase algo que se salga de lo previsible.
Sólo al borde del descanso una incursión de Susaeta y su centro al corazón del área fue aprovechado por Gabilondo para anticiparse a Zapata y lograr el 1-0. Sin embargo, al regreso del vestuario (y 520 minutos después), Nilmar volvió a cantar un gol para el Villarreal lejos de El Madrigal en una jugada en la que Rossi se torció un tobillo y tuvo que ser sustituido. Los de Garrido bajan como visitantes y prueba de ello es que no ganan fuera desde marzo, precisamente cuando lo hicieron en Bilbao. Ayer pudieron repetir victoria, aunque les faltó ambición. Sobre todo cuando la expulsión de Ekiza dejó al Athletic con diez a falta de otros tantos minutos. Antes, Susaeta tuvo el 2-1 para desesperación de Diego, pero el Villarreal pareció dar por bueno el empate.
"El partido genera optimismo, pero tenemos dos puntos de 15", dijo Bielsa. Así, su Athletic es el león que se muerde la cola. Sin puntos, poco optimismo hay.

Más Noticias