Tierra de nadie

Las neveras de Hugo Chávez

Es sabido que Chávez es un dictador y un golpista, además de un gorila rojo, si atendemos a los calificativos que alguna prensa le dedica. Existe amplio consenso en que lleva a su país a la ruina y que su histrionismo ofende al buen gusto, y por eso resulta tan llamativo que siga ganando limpiamente elecciones, aunque la oposición haya quedado muy satisfecha con su derrota de este domingo y vea posible apearle del poder en las presidenciales de 2012.

Chávez acumula muchos motivos para la crítica. Ha tenido cierto éxito con sus ‘misiones’ para mejorar la educación y la salud en las zonas más pobres de Venezuela, pero las enormes favelas de ranchitos que siguen rodeando Caracas atestiguan que el combate contra la miseria ha sido tan ineficaz como propagandístico pese a los enormes ingresos que el petróleo ha reportado. Los frutos de su reforma agraria han sido magros. El país no ha conseguido sacudirse una violencia que deja en sus calles casi 100 muertos a la semana. Mientras, sus bravuconadas han provocado una carrera armamentística en la zona, en la que se distraen anualmente miles de millones de dólares que hubieran podido dedicarse a mejorar las condiciones de vida de las poblaciones afectadas.

¿Que por qué Chávez sigue en la presidencia? Pues porque la oposición es infumable. Lo explicaba hace dos años a un grupo de periodistas españoles Vicente José Díaz Silva, el único miembro crítico con el chavismo del Consejo Nacional Electoral venezolano. Además de poner a Chávez a caer de un burro, Díaz Silva reconocía varias cosas: que no estábamos ante un Gobierno represor de los derechos humanos; que la única trampa electoral que había presenciado es que en las zonas pobres había más urnas que en los barrios de clase media, cuyos habitantes llevaban mal las colas y preferían tomarse unas cervezas antes que votar; y que la oposición no había sabido ganarse el favor del pueblo ni ofrecía ideas para mejorar su calidad de vida. En esto último estaba la clave del arco.

Frente a la única propuesta de la oposición, que es echar a Chávez vivo o muerto, el comandante sabe que Venezuela no es el Country Club de Caracas y se pone a vender electrodomésticos chinos a precios subsidiados y con créditos baratos. Como las neveras le salgan buenas volverá a ganar. Seguro.

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