Tierra de nadie

Blanco ya está tardando mucho

Será difícil encontrar un político que, afectado por un presunto caso de corrupción, no reaccione de acuerdo al siguiente manual: nada más conocerse las circunstancias, el afectado negará la mayor, la menor y la de en medio, dirá que las acusaciones son falsas y amenazará con querellarse contra los difamadores; al acrecentarse los indicios, es probable que hable de conspiración; mientras espera el pronunciamiento de los jueces, se referirá a la indefensión en la que se encuentra; y cuando, finalmente, se produzca la imputación expresará su confianza en la Justicia y su alegría por poder demostrar su inocencia. La dimisión no suele contemplarse, aun cuando existan fotos del encausado liquidando a su padre sin causa justificada.

José Blanco, recientemente imputado por el Tribunal Supremo por un delito de cohecho y tráfico de influencias, se encuentra en esa gozosa fase en la que podrá negar al juez haber recibido comisiones del empresario Dorribo, sus razones para recogerle en una gasolinera de Luego pese a que los autobuses de Alsa funcionan como un reloj y el motivo que llevó a uno de sus subordinados a llamar al alcalde de Sant Boi para interesarse por la licencia de obras de un amigo del entonces ministro de Fomento.

Es razonable suponer que su renuncia al acta de diputado está al caer, ya que si Blanco sabía con absoluta certeza que "llegaba tarde" el abandono del escaño de senador que protagonizó el extesorero del PP, Luis Bárcenas, tras verse imputado en el caso Gürtel, no querrá demorarse en hacer efectivo el suyo. No sólo los peces mueren por la boca.

El todavía vicesecretario general del PSOE también sabe que la vida es una tómbola. En sus inicios con Zapatero le creyeron un lelo; ya como ministro le tildaron de genio y hasta hubo quien le vio como sucesor. Igual que ha sido consciente de que su futuro como alter ego de Rubalcaba en el postzapaterismo se ha esfumado, debería serlo del bochorno que acarrearía su encastillamiento. Si llegara a acreditar su inocencia, siempre se estará a tiempo de erigirle un busto en mármol del bueno, que por dinero no iba a ser.

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