Tierra de nadie

La sartén tizna al cazo

La fórmula del PP para favorecer la dación en pago de la vivienda y limitar los desahucios tiene visos de ser voluntarista porque se asocia a un código de buenas prácticas no vinculante, insuficiente e, incluso, simple humo, en opinión de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, pero puede parecer una medida revolucionaria a quienes recuerden a Zapatero afirmando que imponer la devolución de los pisos para saldar los créditos haría peligrar la solvencia del sistema financiero. Con todas sus limitaciones el plan, muy criticado por el PSOE, tiene puntos interesantes como los de hacer corresponsable a la banca de la depreciación de las casas, así como la de demorar dos años el lanzamiento a familias en riesgo de exclusión o con todos sus miembros en paro.

Dirán que los socialistas enmendaron su error como Gobierno y que no sólo incluyeron la dación en pago en su programa electoral sino que fue su primera iniciativa como oposición. Es cierto con matizaciones. La fundamental es que su propuesta no tiene carácter retroactivo sino que se refiere a un nuevo producto hipotecario que, por supuesto, sería más caro al aumentar el riesgo. Para los afectados por una ejecución se apelaba a las autonomías, a las que se pedía que eximieran del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales a las entidades que aceptaran la dación. En definitiva, es tan voluntaria como la esbozada por De Guindos.

No se trata aquí de salvar la cara del PP, que ya tiene su coro de grillos cantando a la luna sus hazañas, algunas tan reaccionarias como la reforma laboral, la marcha atrás en la ley del aborto o la implantación de la cadena perpetua. Varias de ellas, sin embargo, debieran hacer enrojecer al PSOE. Aun incumpliendo sus promesas, la subida de impuestos de Rajoy hace pagar más a lo que más tienen para escarnio del Ejecutivo anterior, que ni siquiera se atrevió a limitar el sueldo de los directivos de cajas auxiliadas como han hecho los populares para sorpresa y enojo de Rodrigo Rato. Es posible que con medidas semejantes los socialistas hubieran perdido también las elecciones pero desde luego habrían tenido algo de agua para la travesía del desierto.

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