Bocacalle

Las primas de La Roja y los incendios de Valencia

Hubieron de pasar cuatro días, desde el jueves en que se inició el incendio en la comarca valenciana de Cortes de Pallás hasta bien avanzada la noche del domingo -más o menos a la hora en que se llegó al descanso en el partido entre las selecciones de Italia y España-, para que el Gobierno tuviera a bien acordar la visita para hoy lunes de dos de sus ministros a la zona siniestrada -los señores Arias Cañete y Morenés-, cuando el fuego ya casi ha sido sofocado. Ejemplar diligencia.

Hasta ese día y hora, el número de hectáreas quemadas rondaba las 45.000, con un total de once municipios afectados y un millar y pico de personas evacuadas. Se trata del incendio forestal más grave que ha tenido lugar en España en los últimos veinte años y el retardo observado por el ejecutivo en preocuparse de modo presencial por lo ocurrido me recuerda la ausencia del presidente Rodríguez Zapatero cuando ocurrió la catástrofe de Guadalajara, en 2005. Entonces se quemaron 13.000 hectáreas y fallecieron once brigadistas, con tres excursionistas acusados del delito por imprudencia grave, cuyos juicios se celebran precisamente ahora.

Supongo que a las miles de personas damnificadas por la catástrofre les habrá sido sumamente indignante comprobar que, mientras ardía y era devastado su entorno, el ministro Cañete, que lo es de agricultura, no consideraba necesaria su presencia en la zona, y el presidente Rajoy celebraba con júblio los goles de la selección española de fútbol, transmitidos en directo a través de la televisión.

Celebro que La Roja haya vencido ayer con todo merecimiento y gran juego a la selección italiana. Me parece magnífico que el nuevo título conseguido sea el tercero consecutivo por nuestra selección en las grandes competiciones internacionales. Es estupendo que nuestros futbolistas hayan hecho disfrutar al respetable, que tan difícil tiene ahora cualquier tipo de disfrute. Pero al jefe del Gobierno y a sus ministros, antes que gozar de ese disfrute y ausentarse por indiferencia o negligencia de lo que estaba ocurriendo en la zona devastada, les hubiera correspondido su presencia inmediata en ella, máxime si se tiene en cuenta que es responsabilidad del gobierno del Partido Popular en la Generalitat valenciana la reducción en cinco millones de euros del presupuesto destinado a la prevención de incendios forestales en esa comunidad.

Los futbolistas de la selección italiana, de haber ganado la Eurocopa, habrían donado sus primas de 200.000 euros a los damnificados de los terremotos que tuvieron lugar en Emilia Romagna hace un mes. No espero que los futbolistas españoles estén dispuestos a hacer lo propio con sus ganancias (300.000 euros) ahora que se les presenta la ocasión de tener ese detalle con los damnificados de las comarcas valencianas, pero por sugerirlo que no quede.

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