Bocacalle

¡Enhorabuena, Wyoming!

Celebro con agrado, como profesional y asiduo espectador, la concesión al programa El Intermedio del Premio Nicolás Salmerón de Derechos Humanos, cuando ese espacio de La Sexta está a punto de llegar nada menos que a un millar de emisiones a modo de satírica glosa de la actualidad política diaria, única con solvencia en el actual panorama televisual español.
El galardón ha recaído en el equipo de guionistas del programa y en su presentador, Wyoming, de quienes el jurado ha reconocido el empleo de la sátira humorística para la defensa de los valores e ideales del bien común y el respeto a la dignidad de la persona. Los actuales resultados de audiencia obtenidos por el espacio que produce Globomedia y que repasa la actualidad diaria en clave de humor crítico, hacen de la temporada 2012/13 la más competitiva en la historia de El Intermedio, según informa La Sexta. El programa registra esta temporada una media de 1.639.000 espectadores y un 8,6% de cuota de pantalla a lo largo de los cuatro días semanales de emisión. El intermedio ha superado, asimismo, el listón del 9% de share en 17 de sus 49 últimas entregas. Pienso que si va a más es porque la actualidad política cada vez se presta más a la sátira, incluso con más sarcasmo que el empleado por El gran Wyoming.
Este premio supone un nuevo reconocimiento para este programa, que ya ha sido galardonado por la Academia de Televisión en 2009 y que cuenta, además, con un Micrófono de Oro en 2007 y un Premio Zapping en 2006. El Premio Nicolás Salmerón de Derechos Humanos nació hace tres años, auspiciado por la Agrupación de Retórica y Elocuencia del Ateneo de Madrid, y se concede con carácter anual a modo de reconocimiento hacia aquellas personas y entidades que sobresalgan en su labor contra la injusticia y en defensa de los Derechos Humanos. Que todavía podamos advertir esa perspectiva en un programa de televisión y que entidades con la mentada sepan valorarlo, resulta reconfortante.
También es de lamentar que formatos informativos de ese carácter sean imposibles desde hace años en la televisión pública, mucho más ahora, con una profesionalidad sumamente resentida y al dictado de un Gobierno no solo carente de sentido del humor, sino de sentido común. Para ambos se requieren inteligencia y aptitudes, que esperamos se mantengan en La Sexta, aunque solo sea por el negocio publicitario que tanto Wyoming como Évole, con Salvados, proporcionan a este canal. Lara lo sabe y permite.

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