Las carga el diablo

Andalucía, entre debate y debate

Andalucía, entre debate y debate
Fotografia de grupo previo al debate en RTVE entre los candidatos a la Presidencia de la Junta de Andalucía a 06 de junio del 2022 en (Sevilla, Andalucía)
Joaquin Corchero / Europa Press

No le suelen gustar los debates electorales a buena parte de los políticos porque se les acaban viendo demasiado las costuras. Por eso es higiénico e imprescindible que se celebren. Hay expectación en Andalucía por saber cómo se desarrollará el segundo encuentro entre los seis aspirantes a la presidencia de la Junta, previsto para el lunes día 13 y organizado en esta ocasión por la televisión autonómica. Lo que suceda allí puede que tenga mayor repercusión en los resultados del 19-J de lo que en un principio se pensaba.

Esta semana de campaña andaluza ha venido marcada en buena parte por la resaca producto del primer debate, el que el lunes 6 emitió Radiotelevisión Española. Nada es igual desde aquel día. Ninguno de los candidatos salió de él como entró y, a medida que han ido transcurriendo las fechas, se ha ido percibiendo en la atmósfera electoral hasta qué punto tuvo trascendencia un encuentro al que en un principio nadie pareció concederle demasiada importancia.

Una vez en el plató Macarena Olona, que días antes parecía iba a comerse el mundo, se perdió entre soflamas racistas y machistas que iba colocando a voleo al tiempo que la famosa ultraderechista evidenciaba el nulo conocimiento que posee de la tierra donde aspira a ser presidenta.

Moreno Bonilla (PP) descubrió por primera vez en tres años y medio que se encontraba solo ante el peligro, a pecho descubierto y sin nadie que le hiciera la pelota sin parar. Su intención de pasar desapercibido quedó ensombrecida por unos patéticos aires de suficiencia poco compatibles con la insustancialidad de su discurso.

Puede que existiera cierto morbo por ver cómo se desenvolvían las candidatas a la izquierda del PSOE tras los vergonzosos episodios que debieron superar hasta conseguir componer las listas definitivas, pero tanto Inma Nieto (Por Andalucía) como Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía) trasladaron mensajes eficaces que en pocas ocasiones tienen la oportunidad de divulgar, dada la hostilidad manifiesta de la mayor parte de los medios contra las formaciones políticas a las que representan. Al tiempo que transmitían sus mensajes, aprovecharon para endiñarle algún que otro contundente zasca tanto a Olona como a Bonilla.

Juan Marín (Ciudadanos) anduvo el hombre todo el tiempo dando manotazos en el agua para intentar permanecer a flote y Juan Espadas (Psoe), predecible siempre, fue ni chicha ni limoná pero aún así ambos proporcionaron algo más de juego del que en principio podía suponérseles.

El caso es que los seis aspirantes llegan al segundo y último round andaluz con un ambiente electoral muy diferente al que se percibía la semana anterior. Si en el primero existía cierta indiferencia, y hasta desinterés si se me apura, este lunes ha aumentado la expectación.

Esperemos que esta vez quienes se encarguen de los comentarios en el coloquio posterior sean periodistas que conozcan el día a día de la política andaluza, no como en TVE, donde la madrileñización de los contenidos se hizo patente, y ofensiva, una vez más: ni un solo periodista especializado en la política andaluza formaba parte de la mesa de análisis que tras el debate moderó Igor Gómez en La 1.

Cuarenta años de autonomía no le han metido al centralismo en la cabeza que Madrid no puede continuar actuando como si fuera el ombligo que hace mucho tiempo ya no es. Exponer esta reflexión en redes nos ha costado a más de uno críticas despiadadas en los últimos días. No importa: cosas así hay que denunciarlas porque lo peor de todo es que el permanente ninguneo de Madrid hacia la periferia funciona por inercia, ni siquiera es que haya un malvado urdiendo la afrenta: les sale así porque, como recordaba Javier Aroca en La Base este martes, los colonizadores son así.

Lucía Méndez, una de las todólogas elegidas para el madrileñizado análisis, se ofendió por las críticas y así lo hizo público sin acabar de entender que lo que se cuestionaba no era su trabajo, ni el de Palomera, Martínez o Cué, sino una decisión de Tve calificable, cuanto menos, de controvertida. En palabras de Enric Juliana, "si TVE no impulsa una visión más polifónica de España no lo hará nadie". No puede ser que todo acabe recluido en Madrid, no es cuestión de haber nacido aquí o allí sino que se trata de una vergonzosa asignatura pendiente: la de "dar más voz a la España que vive fuera del circuito M-40 y del rally Madrid-Barcelona."

Los periodistas andaluces tienen mucho que contar a España cuando hay elecciones en su tierra. Y el pasado lunes no tuvieron oportunidad de hacerlo. Tienen mucho que contar, entre otras razones, porque las convocatorias electorales en Andalucía nunca han sido unas elecciones más: por lo general suelen marcar el camino que le espera luego al resto del país. Y quienes cubren todos los días la información política andaluza son sin discusión los que más claves tienen para ayudarnos a entender a todos lo que se cuece en el palacio de San Telmo, sede de la presidencia de la Junta

En San Telmo y en el Hospital de las Cinco Llagas, donde se encuentra el Parlamento andaluz, primer hemiciclo español en el que irrumpió Vox, con 12 diputados a comienzos de 2019. Desde entonces no han dejado de liarla parda. Si tras el debate del próximo lunes en Canal Sur Olona vuelve a pinchar como lo hizo en el primero, igual resulta que hay más partido del que en un principio creíamos.

J.T.

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