Quien cree estar de vuelta de todo es que nunca ha ido a ninguna parte

De paseo por Valencia con un contador Geiger soviético

Tomando mediciones independientes de radiación en distintos puntos de la provincia de Valencia.

Medidas de radiación ambiental tomadas en la provincia de Valencia entre abril y mayo de 2011. (Clic para ampliar)
Medidas de radiación ambiental tomadas en la provincia de Valencia entre abril y mayo de 2011. (Clic para ampliar)

Diez semanas después de que comenzaran los accidentes nucleares de Fukushima, que siguen sucediendo, muchas personas siguen preguntándome si estamos seguros, si la radiación no estará llegando aquí y las autoridades no nos engañarán con los datos oficiales. Supongo que es inevitable en estas circunstancias, sobre todo teniendo en cuenta cosas como esta. Hay mucha gente que está tomando mediciones por su cuenta. Yo, como habréis visto, llevo unas semanas muy liado; pero he querido aportar también mi granito de arena a estas mediciones independientes aprovechando algunos desplazamientos que he tenido que hacer por la provincia de Valencia. Total, no cuesta tanto echarse un contador Geiger al maletero.
Aunque el que vamos a usar hoy es algo más voluminoso de lo corriente en estos tiempos. 😉 Ahora todo el mundo usa esos cacharrines digitales modernos con aspecto de mando a distancia, que les dan los valores directamente en sieverts (me pregunto cómo calculan la dosis efectiva, si es que lo hacen). Yo, que soy un antiguo y un trasnochado para según qué cosas, me he propuesto medir en roentgens, como estos otros anticuados. Es decir, la exposición radiométrica directa, lo más parecido a la respuesta para la pregunta "¿cuánta radiactividad hay aquí?". Y con este propósito vamos a utilizar los servicios de un viejo amigo. Su nombre es DP-5V, también conocido como el Kalashnikov de los Geigers. Fue fabricado hace muchos años en un país que ya no existe, pero sigue funcionando tan bien como el primer día:

Contador Geiger o roentgenmetro DP-5V. Foto: La Pizarra de Yuri.
Un viejo amigo de mucho fiar: el contador Geiger ("roentgenmetro") DP-5V. (Clic para ampliar)

Quizá lo hayas visto trabajando duro en algún otro tiempo y lugar:

Usando contadores DP-5 durante el accidente nuclear de Chernóbyl. Fotos: RTVE, Discovery Channel, otros (Clic para ampliar)
Usando contadores DP-5 durante el accidente nuclear de Chernóbyl. Fotos: RTVE, Discovery Channel, otros (Clic para ampliar)

Utilizando la característica terminología soviética, el DP-5 es un roentgenmetro militar diseñado para ser muy sólido, muy seguro y muy fácil de usar. Puede medir con precisión desde 0,025 miliroentgens por hora de radiactividad beta-gamma hasta 200 roentgens por hora que, usando la burda conversión habitual de 115 roentgens por un gray o sievert, equivaldrían a aproximadamente 1,74 sieverts/hora. Si llegas a medir eso alguna vez, yo te sugeriría salir de donde estés tan deprisa como lo permitan tus piernas. Para entender mejor de qué estamos hablando, aquí tienes una introducción general a la radiactividad.
En realidad, el único inconveniente del DP-5V es conseguirle pilas: usa las antiguas A336 soviéticas de 1,5 voltios, equivalentes a las antiquísimas B de aquí, por lo que es preciso hacerle una sencilla adaptación (son 7 mm más largas que las AA occidentales corrientes). Descontando ese detalle fácilmente subsanable, esta unidad que tengo yo por aquí continúa prestando servicio sin novedad veintiún años después de que la construyeran.
Vamos a aprender a manejar el DP-5V, que es muy fácil. Prácticamente todo se controla con el conmutador situado a la derecha del dial. Primero comprobaremos que las pilas no estén descargadas, poniéndolo en la primera posición, la del triángulo.

Comprobación del estado de las pilas en el contador DP-5V. Si la aguja va a parar a la línea negra, como en este caso, hay suficiente carga para trabajar.
Comprobación del estado de las pilas en el contador DP-5V. Si la aguja va a parar a la línea negra, como en este caso, hay suficiente carga para trabajar.

La aguja señala un punto dentro de la línea negra del dial. Eso significa que las pilas están bien. Ahora, avancemos el conmutador un paso más, para llevarlo a la posición de mínima sensibilidad (o sea, que mediría los índices de radiación más altos, hasta 200 R/h). En esta posición hay que medir con la escala inferior del dial, la que está indicada de 0 a 200. Como es lógico, aquí en Valencia la aguja ni se mueve (¡y si se moviera, tendríamos un problema!):

Midendo en la escala más alta del DP-5V (0-200 R/h). Obviamente, no se registra ninguna lectura.
Midendo en la escala más alta del DP-5V (0-200 R/h). Obviamente, no se registra ninguna lectura. Esta es la única posición en la que se utiliza la escala inferior del dial. Para todas las demás posiciones, se usa la escala superior.

Hum... ¿seguro que este viejo contador sigue siendo capaz de medir algo? Bueno, vamos a comprobarlo. La sonda incluye una pequeña muestra radiactiva, que a estas alturas debería emitir unos 14 miliroentgens/hora (es radiación beta pura, por lo que no puede atravesar el blindaje metálico y no representa ningún riesgo). Ponemos, pues, el conmutador en la escala de las decenas de miliroentgens (x10) y exponemos la muestra girando la pieza móvil de la sonda hasta la posición K:

Comprobando el funcionamiento de un contador DP-5V. 1. Ajustamos el conmutador en la escala adecuada (en este caso, x 10). 2. Exponemos la fuente radiológica que se encuentra en la sonda (posición K en la guía de plástico). 3. Medimos con la escala superior del dial (en todas las posiciones excepto la de "200", hay que medir con la escala de arriba, en milirroentgens por hora).
Comprobando el funcionamiento de un contador DP-5V: 1. Ajustamos el conmutador en la escala adecuada (en este caso, x 10). 2. Exponemos la fuente radiológica que se encuentra en la sonda (posición K encarada con la guía de plástico). 3. Medimos con la escala superior del dial (en todas las posiciones excepto la de "200", hay que medir con la escala de arriba, en milirroentgens por hora).

Vaya, pues sí que mide. Observa que la aguja se ha estabilizado un poco por debajo de la indicación 1,4 en la escala superior del dial (la escala inferior sólo está para medir los valores máximos, hasta 200 R/h; en todas las demás posiciones del conmutador, se mide con la escala superior). Como tenemos el conmutador en la posición x10, entonces 1,4 x 10 = 14 miliroentgens por hora. Que es lo que debe medir la fuente en este contador. O sea, que aparentemente sigue yendo bien.
Cuando cerramos la muestra (girando la funda metálica de la sonda a cualquier otra posición que no sea la "K"), observamos cómo la aguja cae de nuevo a cero (si la radiación de la muestra pudiera atravesar el blindaje, no caería a cero):

Midiendo "al aire" con el DP-5V en la escala x10 (mR/h).
Midiendo "al aire" con el DP-5V en la escala x10 (mR/h).

¿Significa esto que no hay radiactividad de ninguna clase aquí en Valencia ciudad? Debería detectar al menos la radiación de fondo, ¿no? Bien, resulta que la radiación de fondo es muy débil, muy pequeñita. Para verla, tenemos que ajustar el conmutador a la escala de máxima sensibilidad (x0,1, o sea que hay que dividir por diez lo que se mida en la escala superior del dial):

Midiendo radiación beta-gamma "al aire" dentro de una vivienda en Valencia con el DP-5V en la escala x0,1, el 05/06/2011.

Esos "clics" nos confirman que el universo existe y está vivo. Cada uno de esos clics, que se llaman una cuenta, es una desintegración de un isótopo radiactivo natural detectada y amplificada por el DP-5V para que podamos escucharla. Si no estuvieran ahí, este universo sería un lugar muerto o, simplemente, no existiría.
Ya que estamos, vamos a aprender a contar becquerels. Una manera de hacer esto es contar cuantos clics se oyen en un minuto (yo cuento los que se oyen en cinco minutos y divido por cinco, para promediar mejor). Por ejemplo, mientras preparaba este post, he medido 22,4 cuentas por minuto. O sea, 0,37 cuentas por segundo. Esto es, 0,37 becquerels. Podemos decir, pues, que el aire en la ciudad de Valencia presenta 0,37 Bq de radiactividad beta-gamma natural (hoy está "calentito"; en otras ocasiones he registrado menos, en torno a 0,30 - 0,35 Bq).
También habremos observado que la aguja medía todo el rato valores inferiores o iguales a 0,025 mR/h (0,25 de indicación x 0,1 del conmutador), con algún piquito por encima. Aplicando esa conversión un poco basta de 115 R por gray o sievert, resulta que nuestro DP-5V estaría registrando valores levemente inferiores a 0,22 μSv/h. Es decir, cifras similares a los 0,16 μSv/h que da el Consejo de Seguridad Nuclear para esta zona:

Valores de radiación ambiental medidos por el CSN el 04/06/2011.
Valores de radiación ambiental medidos por el Consejo de Seguridad Nuclear el 04/06/2011. Puedes observar que oscilan entre los 0,08 μSv/h del País Vasco y los 0,20 μSv/h de Pontevedra o Madrid. Aquí por Valencia, están en 0,16 μSv/h. Si multiplicamos esta cifra por 115, para hacer la conversión "a lo bruto" a roentgens, nos salen 18 μR/h. Es decir, más o menos lo mismo que estamos midiendo con el DP-5V: una cifra ligeramente inferior a 25 μR/h (0,025 mR/h). Imagen: CSN. Versión actualizada: http://www.csn.es/index.php?option=com_maps&view=mappoints&Itemid=32&lang=es

Como puedes ver, estamos todo el rato midiendo al aire. Sin embargo, la radiactividad tiende a posarse en el suelo bajo la forma de contaminación radiactiva. Vamos a ponerle su bolsita de protección (transparente a la radiactividad beta-gamma) para que no se contamine la sonda y veamos lo que mide en el suelo de esta terraza, expuesta a la intemperie:


Midiendo "al aire" en una terraza de Valencia con el DP-5V, el 05/06/2011.

Básicamente lo mismo. Sin embargo, la contaminación radiactiva suele resultar arrastrada por las lluvias, y en Valencia ha llovido bastante estas últimas semanas. Típicamente, tiende a concentrarse por gravedad en los puntos más bajos de la zona. En esta ciudad, uno de los puntos más bajos de fácil acceso es el antiguo cauce del río Turia. Así pues, vamos a darnos un paseo a la caza de algún radioisótopo borde:

Midiendo la radiactividad el 23/05/2011 en el antiguo cauce del río Turia de Valencia, uno de los puntos más bajos de la ciudad, con un DP-5V. Los valores registrados se hallaban en torno a 0,025 mR/h, burdamente equivalentes a 0,22 μSv/h.
Midiendo la radiactividad el 23/05/2011 en el antiguo cauce del río Turia de Valencia, uno de los puntos más bajos de la ciudad, con un DP-5V. Los valores registrados se hallaban en torno a 0,025 mR/h, burdamente equivalentes a 0,22 μSv/h.

En los guardabarros de los coches se suele acumular también contaminación radiactiva, porque los neumáticos la van recogiendo durante el camino y la estampan contra los mismos. Vamos a buscar unos cuantos que estén un pelín guarretes y midamos:

Midiendo (cuidadosamente) radiactividad en guardabarros de coches en distinto estado de limpieza y conservación, aparcados en los distritos valencianos de L'Olivereta y Patraix, la noche del 24/05/2011. Todas las mediciones estuvieron por debajo de 0,025 mR/h, coincidente con la radiación de fondo medida en la provincia por el Consejo de Seguridad Nuclear. (Clic para ampliar)
Midiendo (cuidadosamente) radiactividad bajo los guardabarros de varios coches en distinto estado de limpieza y conservación, aparcados en los distritos valencianos de L'Olivereta y Patraix, la noche del 24/05/2011. Todas las mediciones estuvieron por debajo de 0,025 mR/h, coincidente con la radiación de fondo medida en la provincia por el Consejo de Seguridad Nuclear. (Clic para ampliar)

Nada, tú, qué decepción. 😉 Sin embargo, no nos vamos a conformar con esto. Hace unos días tuve que pasar por Cofrentes, así que, ¿por qué no aprovechar la ocasión para tomar algunas medidas en el entorno de la central nuclear? Si en algún punto de la provincia de Valencia tiene que haber contaminación radiactiva, será ahí, ¿o qué?

Midiendo la radiación beta-gamma frente al Ayuntamiento de Cofrentes con el DP-5V, el 13/05/2011. Los valores registrados fueron similares a los de la ciudad de Valencia y a los indicados para la zona por el Consejo de Seguridad Nuclear: valores típicos por debajo de 0,025 mR/h con algún pico levemente por encima.
Midiendo la radiación beta-gamma frente al Ayuntamiento de Cofrentes con el DP-5V, el 13/05/2011. Los valores registrados fueron similares a los de la ciudad de Valencia y a los indicados para la zona por el Consejo de Seguridad Nuclear: valores típicos por debajo de 0,025 mR/h con algún pico levemente por encima.

Vamos a acercarnos un poco más a la central nuclear, a ver...

El mismo día medí con el DP-5V la ración beta-gamma en el jardín situado en la parte baja de Cofrentes, a 1.900 metros del reactor nuclear. Los valores eran consistentemente inferiores a 0,025 mR/h, más limpio que en la ciudad de Valencia o en el mismo Ayuntamiento de Cofrentes.
El mismo día medí con el DP-5V la ración beta-gamma en el jardín situado en la parte baja de Cofrentes, a 1.900 metros del reactor nuclear. Los valores eran consistentemente inferiores a 0,025 mR/h, menos que en la ciudad de Valencia o en el mismo Ayuntamiento de Cofrentes.

Vaya, cualquiera diría que está más limpio que la propia ciudad de Valencia. Bueno, vamos a ser puñeteros. Si la central nuclear estuviera emitiendo contaminación radiactiva, lo más normal es ésta pasara al agua de refrigeración para acumularse río abajo. Así pues, nos acercaremos hasta el embarcadero de las Rutas Fluviales del Júcar, que está a apenas seis kilómetros río abajo de la nuclear. Este parece un buen sitio para medir lo que las aguas van acumulando en la orilla:

Medición con el DP-5V en el embarcadero de las Rutas Fluviales del Júcar, 6 km río abajo de la Central Nuclear de Cofrentes.
Medición con el DP-5V en el embarcadero cofrentino de las Rutas Fluviales del Júcar, 6 km río abajo de la Central Nuclear, el 13/05/2011. Esta zona también estaba notablemente limpia, con valores máximos muy por debajo de los 0,025 mR/h.

Por cierto, una anécdota. En ese viaje nos pasó un poco de todo. La batería de la cámara (adquirida junto con ésta en 2010) está estropeada y se estaba agotando antes de lo previsto. El coche, un turismo moderno, también nos dio varios problemas. Y los móviles no tenían mucha cobertura por algunos de esos montes. El único aparato que iba a lo suyo durante todo el día, sin inmutarse lo más mínimo, fue... sí, exacto, el DP-5V. 😀
A lo largo del recorrido también fui realizando algunas medidas. Midiendo al aire dentro de un vehículo civil (como un coche o autobús), la atenuación causada por el apantallamiento de la carrocería se estima en torno al 50%. Por ello, la aguja casi ni se mueve en la escala de máxima sensibilidad (video tomado mientras llegábamos a Cofrentes; sin audio, lo siento):

La máxima medición que hemos observado en estos días fueron algo más de 50 μR/h (0,050 mR/h), al norte de Picassent, en varias ocasiones a finales de mayo (o sea, en estos últimos días). Conseguimos capturar una de estas ocasiones cuando la aguja ya empezaba a descender y pasaba por 50 μR/h. No obstante, el promedio seguía por debajo de 25 μR/h:

Uno de los picos de 50 μR/h (≈ 0,45 μSv/h), medidos con un DP-5V al norte de Picassent el 30 de mayo de 2011.
Uno de los picos de 50 μR/h (≈ 0,45 μSv/h), medidos con un DP-5V al norte de Picassent el 30 de mayo de 2011.