Luna Miguel

Mou y mi padre

Me gusta el fútbol. O mejor: me gusta el Barcelona. Hace tres años, cuando aún vivía con mis padres, veía los partidos del Barça cada fin de semana, estaba enterada de los resultados, de los nombres de jugadores y contrincantes, de las polémicas, de los puntos que se llevaban los unos a los otros, etc. Hoy, quizá porque tengo la cabeza en otra cosa, no me interesa tanto el panorama. Mientras el Barça gane, seré feliz. Cuando pierda diré "mecachis", y todo solucionado. Hago esta breve introducción porque desde hace unos días estoy flipando con algunos de los lugares comunes (y no tan comunes) de la prensa deportiva.

Me sorprende mucho darme una vuelta por las versiones digitales de las grandes cabeceras y ver de qué manera destacan sus noticias futbolísticas. Mientras en un periódico lo importante es a) Piqué y Shakira, b)Los 6929 votantes de una encuesta sobre quién va a ganar cada derby -hay que estar aburrido, o qué-; en otro, lo que destacan es a)La nueva cultura del Madrid, esto es, que Mou no era tan conservador como pensaban, (ehm, disculpad, no entiendo) (ah, que no se refieren al "conservador" de Amo a Laura y Lacoste) (ah, que sólo hablan de su forma de entrenar) (qué pillines), b)La impotencia de Messi, porque pegarle a una valla es signo de impotencia y desequilibrio mental, claro. Hay otros cientos de artículos en la red muy partidistas hacia un lado o hacia el otro, cada cual más sorprendente. Nunca antes me había interesado por la "crítica" futbolística, pero se trata, sin duda, de un mundo desconocido y salvaje.

Aún quedan tres partidos. Qué suplicio mediático. Eso sí: me gustaría tanto verlos con mi padre.

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