Nos encontramos en la octava semana de estado de alerta en la que el virus SARS-CoV-2 (causante de la enfermedad COVID-19) ha cambiado nuestra forma de vivir por completo. Por una parte, ha generado una pandemia mundial que ha creado muchos problemas sanitarios y económicos. Sin embargo, por otro lado, en muchos casos ha sacado el lado más altruista de las personas, ya que sin esperar órdenes de gobiernos o instituciones la población ha dado un paso adelante y se ha dado cuenta que la mejor forma para superar esta infección mundial es ayudarse unos a otros con respeto y educación.
En el caso de la farmacia comunitaria ha pasado algo similar, pues esta situación ha cambiado nuestra forma de trabajar por completo. Pero este cambio ha ido por el mismo camino que el resto de la sociedad, ha sido un cambio hacia la colaboración y cooperación, en concreto con otros profesionales sanitarios, administraciones públicas u ONGs.
Al recopilar información de todo el territorio nacional se observa que han aparecido múltiples colaboraciones espontaneas entre médicos/as, enfermeros/as y farmacéuticos/as comunitarios como consecuencia de este nuevo escenario en el que vivimos. A continuación, se detallan algunas de estas colaboraciones en las que el farmacéutico comunitario [aquel que presta servicios profesionales orientados al paciente más allá de la tradicional labor de dispensación] ha realizado diferentes servicios que de normal se hacían en los centros de salud:
- Monitorización de la presión arterial y peso en embarazadas.
- Monitorización del control de peso en recién nacidos.
- Seguimiento de pacientes con hipertensión y diabetes que antes acudían a las visitas con enfermería. Ahora el control se hace en la farmacia y el farmacéutico pasa los datos a enfermería.
- Control de la presión arterial y diabetes en pacientes que están descompensados debido al cambio de su estilo de vida durante la pandemia (ej. aumento de sedentarismo).
- Medida de la presión arterial, glucosa capilar o Hb glicosilada en casos de urgencia.
- Nuevas vías de comunicación farmacia comunitaria – centro de salud: con el objetivo de evitar colapsos en los centros de salud, el farmacéutico envía mails a los profesionales del centro de salud con incidencias que presentan los pacientes (ej. necesidad de medicación aguda, renovación de tratamientos crónicos...). Así, los profesionales del centro de salud se pueden organizar más cómodamente y los teléfonos no se saturan.
- Atención farmacéutica domiciliaria: consultas sobre medicamentos de diagnóstico hospitalario, detección de nuevos problemas de salud que se comunican al médico.
Cabe destacar, que para poder llevar a cabo estas colaboraciones no solo se tenia que tener en cuenta la opinión de los profesionales sanitarios, sino que también, los pacientes debían estar de acuerdo en que los servicios fueran prestados por el farmacéutico comunitario.
Todas estas colaboraciones se llevaron a cabo porque el paciente aceptó que el farmacéutico comunitario le prestara los servicios descritos anteriormente. Esto nos permite observar que el paciente está a favor de que el farmacéutico comunitario participe en el control y seguimiento se sus patologías.
Las situaciones descritas anteriormente demuestran que la farmacia comunitaria puede trabajar colaborando más con el resto del sistema sanitario, ayudando a que los pacientes reciban una atención sanitaria de calidad y también, permitiendo disminuir la carga asistencial de los profesionales sanitarios de los centros de salud.
Todo esto puede ser especialmente relevante en el nuevo escenario de desescalada que se inicia ahora y en el que el seguimiento de los pacientes desde la atención primaria será más relevante que nunca. La colaboración entre los centros de salud y las farmacias comunitarias puede reportar grandes ventajas para un mejor control y prevención del coronavirus en esta nueva etapa.
El objetivo de este artículo es ver estas situaciones como una oportunidad. El farmacéutico comunitario no quiere sustituir a otros profesionales sino al contrario, tenderles la mano y sumar trabajando juntos.
Cuando se supere esta pandemia y volvamos a la normalidad seguiremos con un gran número de pacientes crónicos, polimedicados y con una población envejecida que seguirá aumentando. Esto lleva a que el sistema sanitario vaya al límite en muchas ocasiones. Gracias a todas estas colaboraciones surgidas durante el estado de alerta provocado por el nuevo coronavirus se puede aprender que el Sistema Nacional de Salud puede contar con el apoyo de los farmacéuticos comunitarios para conseguir los objetivos en salud marcados y dar un mejor servicio a la población.
Comentarios
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