Otras miradas

Y devolvió la dignidad a la política

Pedro Casares

Portavoz de Economía del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso, diputado por Cantabria, y Secretario de Ordenación Territorial, Vivienda, Infraestructuras y Transportes del PSOE

Y devolvió la dignidad a la política
El secretario general Pedro Sánchez tras ganar la moción de censura al presidente de gobierno Mariano Rajoy, tras el debate en el Congreso de los diputados, el GPS y todos los lideres de la cámara felicitan al futuro presidente socialista Pedro Sánchez.- FLICKER PSOE

Nadie habría imaginado en 2018 que tres años más tarde nuestro país sería un poco más decente gracias a un Gobierno que en medio de la peor pandemia del último siglo reconocía un nuevo derecho de ciudadanía como es el Ingreso Mínimo Vital.

Tampoco era fácil vislumbrar en aquellos años de recortes, de privación de libertades y de merma de derechos, que un Gobierno subiría el Salario Mínimo Interprofesional, el sueldo de los empleados públicos, revalorizaría las pensiones conforme al IPC o recuperaría el subsidio para mayores de 52 años. Todo ello ha sucedido porque ha habido un Gobierno que desde el primer minuto de aquel 1 de junio de 2018 ha puesto los derechos de las personas, de los trabajadores y de las trabajadoras y de los colectivos más vulnerables, en el centro de la agenda política.

Leyes como la que reconoce el derecho a morir dignamente o la que impulsa a proteger a la infancia y a la adolescencia, la que promueve luchar por la igualdad de trato y no discriminación, la que garantiza los mismos derechos a todas las personas tengan las capacidades que tengan, o la ley de cambio climático, que sienta las bases de ese futuro que sí o sí debe pasar por una transición ecológica de nuestro modelo social y económico para garantizar un progreso seguro, eran impensables antes de que Pedro Sánchez fuera elegido presidente del Gobierno.

Aquel junio de esperanza y de ilusión era también imposible imaginar que la pandemia de la COVID19 traería consigo la mayor crisis sanitaria, económica y social en menor tiempo de nuestra historia. Y genera alivio saber que había al frente de esa situación un Gobierno sensible y preocupado por la situación de todas las personas que ha desplegado un gran escudo social y ha llevado a cabo la mayor movilización de recursos públicos en instrumentos como los ERTE, las prestaciones por cese de actividad para autónomos o las líneas de financiación y de avales del ICO, para no dejar a nadie atrás.

Ese no dejar a nadie atrás que es ejemplo de para qué queríamos gobernar y para quienes queríamos gobernar y que nunca ha sido más real que en este tiempo en el que se han puesto en marcha las herramientas necesarias para proteger a todas las personas. Con medidas como la suspensión de desahucios, moratorias, mayor protección a las víctimas de la violencia machista o la prohibición del corte de los suministros básicos de agua, luz y gas a las familias de nuestro país. Desde lo global a lo local, el Gobierno de Pedro Sánchez ha puesto en marcha todo una batería de iniciativas para ayudar a todos los sectores de actividad, desde el transporte, la hostelería, el comercio, hasta el turismo o la cultura.

Hace tres años que pusimos en marcha un Gobierno que nació de una moción de censura para acabar con la corrupción del Partido Popular y recuperar la decencia y la confianza, regenerando las instituciones públicas. Un Gobierno presidido por Pedro Sánchez que ha ganado dos elecciones generales y ha demostrado con hechos que cumplía la hoja de ruta que defendíamos para nuestro país y los compromisos que habíamos adquirido con la ciudadanía.

La realidad transcurre tan deprisa que probablemente no seamos conscientes de todo el camino recorrido en tan poco tiempo. Han pasado tres años desde que Pedro Sánchez devolviese la dignidad a la política en España. Tiempo en el que se ha avanzado para dibujar ese futuro que queremos para nuestro país, recuperando derechos y libertades, y consolidando el Estado del Bienestar. Tres años de gobierno que son y deben ser un orgullo para todos los que creemos en la buena política, la que se asienta sobre decisiones en las que el único interés es el de proteger y ampliar los derechos de las personas.

Hoy ese recuerdo nos da fuerza para tomar impulso y afrontar los próximos años con el mismo espíritu reformista, progresista y transformador con el que iniciamos la andadura en 2018. Un Gobierno que no ha parado ni un minuto en su afán de mejorar España, que nació con razones para gobernar y que hoy da motivos para confiar, para tener esperanza e ilusión en un proyecto de país mejor, más inclusivo, tolerante, diverso, abierto, ejemplarizante y en el que el futuro se proyecte con confianza, pero también con diálogo y acuerdo. El tiempo de las verdades absolutas, si alguna vez existió, es solo ya la ensoñación de unos pocos. Nada se construye desde el odio o el enfrentamiento permanente, aunque algunos aún no lo hayan aprendido.

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