Otras miradas

Memoria

Laura Berja

Portavoz de Igualdad en el Congreso por el Grupo Parlamentario Socialista

El diario de sesiones de las cortes generales siempre me ha parecido un lugar de la memoria, de la misma manera que las taquígrafas del Congreso y del Senado sus guardianas.

El pasado 14 de octubre llegó al Congreso el proyecto de Ley de Memoria Democrática. Lo presentaba el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños. Su discurso, afortunadamente ya presente en el diario de sesiones, es un ejercicio de honestidad con nosotros y nosotras como país, pero sobre todo sus palabras son un regalo a la calidad de nuestra democracia.

"La memoria, para este Gobierno, es política de Estado", dijo Bolaños. Sí, la Memoria. La Memoria es una política pública irrenunciable para quienes creemos que no podemos avanzar sin reconocer a quienes dieron su vida por la libertad, que no podemos contar la historia de España sin recuperar su legado, que no podemos hablar de justicia sin reparar el ultraje que sufrieron. La Memoria es una política irrenunciable para quienes creemos en cuatro principios fundamentales del derecho comunitario: verdad, justicia, reparación y deber de memoria como garantía de no repetición.

Cada uno de noviembre, los cementerios de cada pueblo y de cada ciudad se llenan de familias que quieren visitar los restos mortales de sus seres queridos. Les llevan flores, saben que están allí. Con o sin fervor religioso, el reencuentro con el lugar donde están los restos de sus familiares es un elemento importante para superar la pérdida. El desasosiego será por otro motivo, pero no por no saber dónde están sus madres, sus padres o sus abuelos. Hay miles de familias españolas para los que un uno de noviembre no les lleva a ningún sitio, o a lo sumo les lleva a lugares comunes, donde solo hay alguna posibilidad de que allí se encuentren quienes quisieron, quienes quieren.

Las asociaciones para la recuperación de la memoria histórica junto a las administraciones públicas comprometidas, llevan décadas trabajando en reencontrar a las familias de represaliados por la dictadura franquista con sus familiares. Son investigadoras e investigadores que dedican parte de su vida a recuperar la memoria de las víctimas de la represión y devolvérsela a sus familias y a los libros de Historia.

España es el país de Europa con más personas desaparecidas enterradas en fosas comunes. Hay mucho trabajo por hacer. La Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, conocida como Ley de Memoria Histórica, impulsada por el Gobierno de Zapatero, fue un gran primer paso. Sin duda, esta ley abrió camino, como se hizo camino al andar con la exhumación del dictador y su salida del Valle de los Caídos. El siguiente paso lo ha dado el Gobierno con la aprobación de la Ley de Memoria democrática, que hoy está en el Congreso, y que viene a complementar una arquitectura legislativa en materia de memoria que nos hace mejores como país.

Hemos oído hablar de muchas fosas, pero yo quiero aprovechar estas líneas para recordar la fosa 702 del cementerio de San Eufrasio de Jaén. En esta fosa están enterradas 1026 victimas. Las cifras a veces nos alejan de lo terrenal, de lo sentido, de lo perdido. Cada una de esas víctimas son vidas arrebatadas, familias destrozadas y descendientes que quieren saber qué paso y dónde están quienes dejaron una impronta imborrable en su vida.

La fosa 702 fue incluida en el plan de exhumaciones del Gobierno de España en diciembre de 2021, y es justo en esto en lo que se traducen las políticas de memoria. Es necesario también, agradecer la constancia de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Jaén.

Como empecé con la intervención de Félix Bolaños, quiero acabar con una de las partes imprescindibles del discurso del Ministro de la Presidencia: la relativa al olvido de la aportación de las mujeres a la democracia española. "Memoria es también Clara Campoamor". Y no es menos cierto que son los diarios de sesiones del Congreso un lugar de la memoria único para reencontrarse con la luchadora por la libertad Clara Campoamor.

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