Muy a pesar de figuras tan propias de la tradición navideña ibérica como los Reyes Magos, el Tió, el Olentzero, el Apalpador, el Anguleru o el Tientapanzas, lo cierto es que uno de los principales personajes que en estas fechas llena de alegría el rostro de nuestros chiquillos es Papá Noel, conocido como Santa Claus en el mundo anglosajón, una figura folklórica que llena de regalos los calcetines de los más pequeños de la casa durante la Nochebuena.
Aunque el Santa Claus norteamericano vive en el Polo Norte, su versión inglesa ha extendido la leyenda que dice que su guarida se encuentra en tierras de Laponia, una de las naciones sin estado más grandes del mundo que ve como su territorio se encuentra dividido entre las fronteras de Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia.
Fruto de esta interpretación, Laponia, la cuna del pueblo sami, ha cultivado, especialmente desde la segunda mitad del siglo XX, su imagen de morada de Santa Claus con el objetivo de potenciar su turismo. Así pues, Rovaniemi, la capital de la Laponia finlandesa, situada en pleno círculo polar ártico, construyó en 1985 un parque temático que, bajo el nombre de Santa Claus Village, se presenta al mundo como la residencia oficial de Papá Noel, una iniciativa que se ha convertido en uno de los principales reclamos de Finlandia.
En buena parte, la popularidad de Rovaniemi como destino turístico se debe a la visita que, durante la década de los 50 del siglo XX, realizó a la localidad Eleanor Roosevelt, activista y diplomática norteamericana que ejerció como primera dama de los Estados Unidos entre 1933 y 1945, cuando su marido, Franklin Delano, ejerció la presidencia del país. La estancia de la señora Roosevelt en Rovaniemi contribuyó enormemente a reforzar en el imaginario colectivo internacional la idea que la ciudad sami era el hogar de Santa Claus, una afirmación que tiene una fuerte contestación desde Noruega, Suecia y Dinamarca, países que también reivindican la paternidad del popular personaje navideño.
Más allá de su interés por Papá Noel, la visita de Eleanor Roosevelt pretendía conocer la situación de una ciudad que había sido prácticamente destruida por los nazis antes que las fuerzas soviéticas y finlandesas la liberaran en octubre de 1944. Aun así, su contribución fue determinante para que Rovaniemi pudiera desarrollar una nueva economía basada en el turismo que llegaba a la localidad atraído por Santa Claus.
Esta eclosión que la ciudad vivió en relación a la figura de Papá Noel, que se acentuó con la apertura del Santa Claus Village, no dejó al margen ninguna actividad, ni tan solo el deporte. Es por ello que, explotando el gancho de Santa Claus, dos de los clubes de fútbol de la ciudad, el Rovaniemi Reipas y el Rovaniemi Lappi (que se podrían traducir como el Ventoso y el Laponia de Rovaniemi, dos nombres que, en consecuencia, hacían referencia a la condición lapona de la ciudad y a una de sus peculiares características climáticas) se fusionaron, en 1993, para formar FC Santa Claus, una entidad que se convertiría en mundialmente famosa por ser el equipo de Papá Noel, el personaje de quien heredó los colores blanco y rojo y al que decidió colocar en su original escudo.
El nuevo FC Santa Claus logró atraer numerosas miradas, en buena parte gracias a la celebridad que le daba nombre, y su impacto superó ampliamente el de sus predecesores, aunque nunca ha llegado a competir más allá de la tercera división finlandesa, la misma en la que habían participado en varias ocasiones el Reipas y el Lappi. Su máximo logro, de hecho, llegó en 2010, cuando el equipo estuvo muy cerca de conseguir el ascenso a la categoría de plata.
Hay que tener en cuenta que el FC Santa Claus no es ni tan siquiera el primer club de su ciudad, un honor que pertenece al Rovaniemen Palloseura, más conocido como RoPS, una sencilla denominación que podría traducirse como Club de Fútbol de Rovaniemi. Fundado en 1950, el RoPS es el principal equipo de la Laponia y puede presumir de contar en sus vitrinas con dos copas de Finlandia, ganadas en los años 1986 y 2013.
El primer triunfo copero de los lapones les permitió estrenarse en una competición europea, la difunta Recopa, donde escribieron la página más brillante de su historia al conseguir llegar hasta los cuartos de final, una eliminatoria en la que cayeron ante el Olympique de Marsella francés después de haber dejado en la cuneta al Glentoran norirlandés y al Vllaznia albanés, toda una proeza para un equipo como el RoPS.
Otros episodios dignos de mención de este club sami de Laponia llegaron en 2015 y en 2018, cuando el equipo estuvo a punto de proclamarse campeón de la liga finlandesa, aunque finalmente tuvo que conformarse, en ambos casos, con el subcampeonato.
En contra de lo que a priori se podría pensar, el RoPS y el FC Santa Claus no mantienen ningún tipo de rivalidad ciudadana sino más bien todo lo contrario. A lo largo de su historia más reciente ambos clubes han mantenido una estrecha cooperación a través de sus categorías inferiores con el objetivo compartido de promocionar el fútbol entre los jóvenes de Rovaniemi. Seguramente, el buen rollo que desprende un club como el Santa Claus, añadido al hecho de que compite en categorías muy por debajo de las que lo hace el RoPS contribuye a que esta colaboración entre los clubes de la ciudad lapona sea una realidad.
A pesar del reclamo que conlleva su nombre, el equipo de Papá Noel ha vivido en sus carnes las vicisitudes del fútbol moderno y se ha visto abocado dos veces a la refundación, en 2013 y en 2021, tras sufrir graves problemas económicos.
La primera de sus crisis fue consecuencia de sus elevados gastos que se sufragaban de forma casi exclusiva con el dinero procedente de las apuestas deportivas estatales finlandesas. El equipo de Papá Noel consiguió superar esta situación crítica gracias a un acuerdo firmado con Feng Gao, el patrón de la empresa china Bewin Sports & Culture, que, fruto del potencial marketing del club, decidió invertir en él.
Esta controvertida decisión no salvó a la entidad de una nueva crisis que provocó que, en 2020, el club tuviera que parar su actividad para ser refundado al año siguiente cuando inició su nueva andadura deportiva desde la sexta categoría del fútbol finlandés.
Una situación muy diferente a la que ha vivido el Santasport, un histórico club de voleibol de Rovaniemi que, entre 2006 y 2009, decidió adoptar un nombre inspirado en la figura de Santa Claus, y que, bajo esa misma denominación, puede presumir de haber conseguido dos campeonatos de la primera división finlandesa de voleibol. Todo un orgullo para la ciudad de Laponia donde Papá Noel tiene fijada su residencia.
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