Otras miradas

Un belicismo sin legitimidad social

Antonio Antón

Sociólogo y politólogo

Un belicismo sin legitimidad social
Un hombre con un cartel de 'No a la guerra', en la manifestación por la insumisión a todas la guerras, en la plaza del Callao, a 8 de abril de 2022, en Madrid (España).- Fernando Sánchez / Europa Press

La actual escalada bélica de los países de la OTAN en Ucrania no tiene suficiente legitimidad pública. Lo dice la ciudadanía europea que se encuentra dividida, pero una parte mayoritaria no respalda la prolongación de la guerra y exige ponerle fin, aunque suponga cesiones territoriales a Rusia por parte de Ucrania.

Veamos los datos de la encuesta europea de Euroskopia publicada recientemente y con poco eco en los grandes medios de comunicación españoles. Ha sido realizada en nueve países relevantes de la Unión Europea: España, Alemania, Francia, Italia, Polonia, Portugal, Grecia, Países Bajos y Austria. El estudio en España se ha llevado a cabo por Sigma Dos, empresa demoscópica para la investigación social que forma parte de Gallup International y colabora habitualmente para el diario El Mundo, poco sospechosa de izquierdismo o de deslealtad con el atlantismo.

Existen diferencias importantes entre la población de los diferentes países consultados sobre la gestión del conflicto armado, pero la media de todos ellos se va inclinando hacia la prioridad de la paz inmediata. Así, el 48% de la ciudadanía, casi la mitad, está a favor de un rápido final del conflicto, incluso si Ucrania debe ceder territorios. Por otro lado, el 32%, no llega a un tercio, se declara en contra de esa cesión territorial para acelerar la paz. Esa minoría de la población europea es la que apoya la prolongación de la guerra hasta la expulsión rusa de todos los territorios ucranios, incluido Crimea y el Dombás, tal como apuesta el presidente ucranio Zelenski, respalda los Gobiernos de EEUU y Polonia y asume la OTAN. Ese tercio de la ciudadanía es el que prioriza la victoria militar frente a la posición de la mitad de la sociedad europea que prefiere la negociación de un acuerdo razonable para ambas partes.

Los países en los que el apoyo cívico al cese de hostilidades es mayor son Austria (64%) y Alemania (60%) que, aun con su apuesta por una gran militarización interna, explica la cierta prudencia del partido socialdemócrata gobernante para no implicarse unilateralmente y a gran escala con armas ofensivas en la confrontación con Rusia. Ello, a pesar de que es el país, junto con Polonia, que más se ha destacado por su apoyo militar a Ucrania y que sus aliados gubernamentales, Verdes y Liberales, aparte de la oposición de la derecha democratacristiana, se han distinguido por exigir una mayor implicación alemana en la guerra.

Además, hay otros tres países con un porcentaje superior a la media europea de apoyo al fin inmediato de la guerra: Grecia (54%), Italia (50%) y España (50%); junto con Portugal (41%), en estos cuatro países -el sur europeo- hay una clara mayoría pacifista respecto de las personas partidarias de continuar la guerra que son minoría. Por otro lado están los dos países en los que esa posición pacifista es inferior: Países Bajos (27%) y Polonia (28%).

Esta posición mayoritaria (48% frente al 32%) de alto el fuego y negociación del conflicto se combina con un porcentaje invertido respecto del apoyo militar a Ucrania que alcanza al 56% de la población europea y hasta el 61% en España. Es decir, hay una cuarta parte con una posición ambivalente, partidaria de una paz inmediata pero también de seguir manteniendo el apoyo militar mientras no se consiga. No obstante, todavía hay dos países en los que la oposición al envío de armamento es superior al de su apoyo: Grecia e Italia, con el 60% y el 50% de rechazo, respectivamente, y ambas con el 38% a favor.

Respecto de las sanciones económicas, especialmente pensando en el día después de la guerra y la reanudación de los acuerdos comerciales, hay un dato interesante sobre la diversidad de intereses y preferencias. Así, hay cuatro países, Grecia (63,6%), Austria (51,9%), Alemania (42,9%) e Italia (40,8%), con la opinión mayoritaria favorable para comprar gas ruso en el futuro si la guerra acaba en un acuerdo, aunque la media europea se queda en el 35,1%. Expresa las reticencias de gran parte de la población europea, sobre todo en esos países, a la ruptura total de los intercambios energéticos (y agrícolas y comerciales) con Rusia que supone importantes desventajas productivas e inflacionarias para la mayoría de la sociedad, en beneficio también de los grandes monopolios estadounidenses.

Es de destacar los datos más significativos para España. En el electorado del Gobierno progresista de coalición hay una mayoría partidaria de un alto al fuego inmediato aunque ello implique admitir la situación actual de control ruso de algunos territorios de Ucrania. Así, la mayor parte de las personas votantes de Podemos (61%) y también del Partido Socialista (55%) prefieren anteponer la paz inmediata al objetivo de conseguir una victoria militar completa por parte de Ucrania y los países aliados de la OTAN, con la derrota total y la expulsión del ejército ruso.

Entre los partidos de la oposición de derechas esta idea de priorizar la paz, aunque menor que en las izquierdas, también es mayoritaria respecto de la opinión oficialista de prolongar el conflicto hasta la victoria completa: Partido Popular, 46% frente al 38%; Vox, 45% frente al 36%, y Ciudadanos, 44% frente al 41%.

No obstante, existen diferencias significativas en varios aspectos entre, por una parte, los votantes del Partido Socialista y de las derechas y, por otra parte, el electorado de Podemos. Así, respecto del apoyo militar a Ucrania están de acuerdo más del 60% de los primeros, pero más del 50% de la base electoral de Podemos está en desacuerdo. Igualmente, respecto de la negociación con Rusia sobre la compra de su gas, los votantes de este último suman el 41,4% frente al 32% de los votantes del Partido Socialista que coincide con la media del conjunto de la población, entre la que el rechazo a ese acuerdo energético llega a la mitad.

Por otro lado, la opinión de finalizar la guerra de forma inmediata es apoyada por todos los grupos de edad, particularmente entre los de edad intermedia (el 54% entre 30 y 49 años) y los más mayores (el 53% en los de más de 69 años).

En conclusión, la opinión mayoritaria de parar la guerra y promover una solución inmediata pactada supone un cuestionamiento del paso cualitativo de esta nueva fase armamentista dada por los Gobiernos de los principales países occidentales en el marco de la estrategia global definida en la cumbre de la OTAN del pasado mes de junio en Madrid. Afecta a la insuficiente legitimidad ciudadana del objetivo estratégico de EEUU, al que se subordina la Unión Europea y, específicamente, Alemania, de que el Gobierno ucranio logre la victoria militar sobre el Ejército ruso obligándole a retirarse de sus territorios ocupados.

No obstante, la opción dominante no parece que sea la apuesta por una involucración total y directa de la OTAN para conseguir la derrota general e inmediata del ejército ruso, tal como apuestan los sectores atlantistas más duros, sino una prolongación gradualista del conflicto que supone el desgaste político y militar del régimen ruso, así como la mayor homogeneidad de la opinión pública europea. Es decir, en el medio plazo se acepta, incluso por representantes militares relevantes, como el jefe del Estado Mayor estadounidense, que no es posible la derrota total rusa, potencia nuclear, y que habrá que llegar a un acuerdo sobre un estatus quo seguro para todas las partes implicadas.

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