Otras miradas

¿Por qué la "Herencia Universal" sí le gusta a Feijóo?

José Ignacio García

Portavoz parlamentario de Adelante Andalucía

La vicepresidenta segunda, ministra de Trabajo y Economía Social y líder de Sumar, Yolanda Díaz, participa en un acto de precampaña electoral, en el Palacio de Congresos de Toledo. -EDUARDO PARRA / Europa Press
La vicepresidenta segunda, ministra de Trabajo y Economía Social y líder de Sumar, Yolanda Díaz, participa en un acto de precampaña electoral, en el Palacio de Congresos de Toledo. -EDUARDO PARRA / Europa Press

A diferencia de algunas críticas que se han planteado estos días, no veo problema en que sea una medida universal. Creo que es fundamental que muchas cuestiones sean universales. No solo la Sanidad o la educación básica gratuitas, también en Adelante Andalucía defendemos que, por ejemplo, toda la educación universitaria debería ser gratuita, las escuelas infantiles o incluso las gafas y lentillas.

Es importante que haya cuestiones que sean cien por cien accesibles por el mero hecho de ser una persona que habite en este territorio, sin más traba burocrática ni limitación. Los trámites generan un sesgo de clase importante, también estigmatizan y van desarrollando una cultura del subsidio que es contraproducente. Y mucho mejor generar derechos a los que uno agarrarse como a una piedra, que eso de "exigir ayudas", que siempre coloca en una situación de dependencia y subalternidad a aquel que las solicita.

Por supuesto, tampoco van los tiros de mi crítica con el argumento de "las paguitas" que tanto esgrimen los mayores beneficiarios de paguitas que existen en este país: la derecha y el empresariado. Ni tampoco cuela eso de tratar a los jóvenes con el paternalismo de aquellos que dicen que no sabrán gastarlo como Dios manda.

El problema es que la propuesta me recuerda al argumento que tantas veces he escuchado al PP decir en el parlamento de Andalucía: "el dinero donde mejor está es en el bolsillo de los ciudadanos". Toda una OPA hostil al sistema de bienestar. Me explico.


En Sumar defienden que la medida es interesante porque abre el tan necesario debate de la fiscalidad. Yo creo que es cierto que lo abre, pero justamente para darle la razón a la derecha.

Cuando debatimos sobre fiscalidad con las posiciones más neoliberales ellos se basan en una idea central: buscan reducir los servicios públicos para disminuir impuestos y que la ciudadanía tenga más dinero que gastar, lo cual aumenta su consumo y eso genera "economía", es decir, genera beneficios empresariales, empleo y de nuevo capacidad de más consumo.

Es decir, disminuyamos lo público y que la gente tenga más capacidad de consumir, invertir o gastar en lo que considere. También en la educación, sanidad o dependencia que más le convenga. Es lo que llaman "el dinero donde mejor está es en los bolsillos".

Asumen la sociedad como una suma de individuos libres e iguales de nacimiento que, con determinado dinero en sus bolsillos, bien gestionado, podrán ir a satisfacer los derechos que uno quiera.

El ejemplo más perfecto de ultraneoliberalismo es una de las propuestas estrella educativa de las derechas: "el cheque escolar". Plantean que a toda la población escolar se le dé un dinero por valor del coste de su plaza escolar y cada familia pueda gastarlo en el colegio que ellos deseen.

No es muy diferente de la "herencia universal" que plantea Sumar. Las intenciones sé que son radicalmente diferentes, pero el hecho es que cuando dicen que con esa Herencia alguien podrá estudiar para ser guionista de cine, en el fondo está diciendo algo muy parecido al "cheque escolar" de las derechas.

Es cierto que se complementa con que con esta medida se sufragaría de impuesto a las grandes fortunas. Y eso es más que necesario. Pero como me decía un compañero economista con el que trabajé hace años, un debate sobre fiscalidad es un debate sobre el modelo de sociedad y, en última instancia, sobre la cuestión de la propiedad.

Y hay que plantear tanto el cómo, cuánto y a quién se recauda, aspecto del que menos se habla de la propuesta, como de qué sociedad vas construyendo con lo recaudado.

Un modelo en el cual se asume que cuando cada uno tenga un dinero individual que podrá gastar como quiera, podrá desarrollar sus estudios o carrera profesional es un modelo profundamente individualista, que acaba asumiendo todos los valores de la meritocracia neoliberal como propios.

Además, incluso con ese dinero, que sería el "nuevo cero" del desarrollo profesional de los jóvenes, no estarían en igualdad de oportunidades. Hay mil factores de clase más que condicionan, sesgan y discriminan. Hay veces que la clase social hasta se huele.

Es poco ambicioso por el lado de la recaudación y no tiene nada de transformador por el lado del gasto. Y solo pone más ingredientes en la máquina de destrozar expectativas vitales juveniles, que es la sociedad del mercado desbocado.

20 mil euros para aquel máster privado o para esa academia de cine privada o para la entrada de aquella hipoteca. ¿No sería mejor que solo hubiera másteres públicos que no discriminaran y fueran excelentes? ¿O suficientes plazas en academias de cine? ¿O que no hubiera que gastarse ese dineral en tener una casa?

Me temo que esta propuesta es solo más madera a un tren en marcha que se acerca al precipicio.

Más que asumir el desarrollo como una cuestión meramente individual e individualista que se solventa con un ingreso de 20 mil euros en tu cuenta, habría que poner mecanismos colectivos que sí fueran realmente emancipadores: universidad 100% gratuitas en grados y másteres, FP pública con suficientes plazas y apoyo directo a otras formas de economía y empleo que no sean solo el "emprendimiento", que ya sabemos cómo acaba muchas veces.

Y, sobre todo, también acabar con la universidad y FP privada, que son los mecanismos de clasificación social en función de origen más perfectos que existen. Solo una red de educación superior: la pública. Eso sí generaría igualdad de oportunidades. Y todo eso también se puede pagar con impuestos a los que más tienen. A esos que están en el origen de la desigualdad social.

Pero hablemos claro. Todos sabemos lo que pasaría, ¿verdad? Que el chaval de 18 años que viva en una familia con necesidad real no se lo va a quedar ni se lo va a gastar en sus estudios, eso es para los que lo tienen todo resuelto y facilidades. Quien lo necesite de verdad se lo dará a sus padres.

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