Otras miradas

La EBAU del PP: una, grande y libre

Marta Nebot

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, a 26 de enero de 2024, en Madrid. - EP
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, a 26 de enero de 2024, en Madrid. - EP

¿Cómo decirlo corto y juvenil?

Al PP de Feijoo se le está yendo la olla.

Se dicen los más patriotas, se autodenominan defensores de la patria, de la Constitución y, por lo tanto, del estado de las autonomías, que gobiernan con alegría –cuando les toca gobernarlas–. Y, sin embargo, cada dos por tres, y cada vez más, vuelven a reclamar la España que ya no es, la que sus predecesores imponían, la que dejó de ser una, grande y libre para ser muchas, autónomas e interconectadas.

El último arrebato loco y nostálgico del tardofranquismo popular es la amenaza de Feijóo de una misma EBAU (evaluación del bachillerato para el acceso a la universidad) para 2025, en las once comunidades que gobierna su partido. En ellas se examinarán el 70% de los que lo hagan en todo el territorio nacional. De la nota de ese examen dependerá el 40% de la nota media de acceso a la universidad con la que podrán o no acceder a la carrera que elijan.

Su propuesta es estrambótica al menos, por tres motivos:

1–La EBAU que quieren suprimir es la que estableció su última ley educativa, la LOMCE.

¿Están queriendo decir que su ley era una porquería? ¿Quieren derogarla por la vía de los hechos sin hacerse cargo de que así la hicieron cuando Vox no existía?

2–La competencia sobre esa prueba es de las universidades, no de las consejerías que ellos gobiernan.

¿Se van a pasar por el arco del triunfo a la Ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, además de a la de Educación, Pilar Alegría?

3–El currículo del bachillerato, que es lo que se examina en la EBAU, es común en un 50%-60%; el resto está marcado por cada autonomía.

¿Qué proponen: que no entre la mitad del temario en las comunidades que ellos gobiernan? ¿Que en el resto de autonomías los chavales tengan el doble de material que estudiar para ese crucial examen?

¿Será que les da igual que, según la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), no exista ningún informe académico que sostenga que hay pruebas más fáciles que otras en la EBAU de las distintas comunidades autónomas? ¿Será que se inventan otro problema que no existe para enfrentar a españoles noche y día?

No se cansan, oiga. A la mierda con el centro y con la coherencia política, parecen gritar con cada iniciativa. ¿Para qué tratar de convencer a España de que tienen propuestas y capacidad negociadora suficiente como para que el PSOE no tenga que acordar con los independentistas? ¿Para qué intentar el tan alabado modelo alemán con sus grandes coaliciones si podemos seguir con el garrote,

dándonos de hostias todo el día? ¿Para qué persuadir, argumentar, negociar, proponer lo factible si podemos seguir tirando de la patria desde la otra esquina? ¿Para qué demostrar que quieren ayudar a este país aunque no les guste lo que esta vez ha votado la mayoría? ¿Para qué si les salen las cuentas por el otro camino marcado por su lideresa con su flamante madrileña megamayoría?

Van a por el electorado de VOX sin complejos. De sus entrañas salió y a sus fueros quieren que vuelva. Ya no intentan lograr voto de centro. Sus ideólogos han debido idear que con los de VOX volverán a las mayorías ¿absolutistas? Sin la amenaza de Ciudadanos, ¿adónde van a ir sus descontentos centristas? Como estrategia política no tiene mala pinta, como amor a la patria tiene pinta de amor que mata, del que siempre mira más por él mismo que por el amado, del que podría matarte si no estás a su lado.

Aunque también es verdad que se dan tantos golpes en el pecho con la vieja España –que ya no es tan amplia– que no me extrañaría que se rompieran una costilla mucho antes de que rompan la patria. Ya se hicieron daño el 23J. Ya veremos si no se vuelven a lesionar –otra vez contra todo pronóstico– el 18 de febrero en Galicia.

Hace tiempo que España, más allá de su batalla con la ultraderecha, no es como les gustaría.

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