Otras miradas

Valentía y voluntad para transformar Madrid

Roberto Sotomayor

Candidato de Podemos-IU a la alcaldía de Madrid

Valentía y voluntad para transformar Madrid
Vista aérea de Madrid.- EFE

Una de las cosas que me ha enseñado mi deporte a lo largo de los más de 20 años de carrera deportiva es que los éxitos no llegan por sí solos. La voluntad a la hora de afrontar los desafíos se debe transformar en valentía a la hora de hacerlos realidad. Esta máxima es la que aplico en política desde mi llegada a esta nueva etapa, cansado de ver a una clase política que ha sido incapaz de solucionar las demandas de los ciudadanos desde hace décadas. La llegada de Podemos a las instituciones ha sido clave para entender que voluntad y valentía se fusionan para que las transformaciones sociales en nuestro país sean lo más profundas posibles.

Durante esta compleja legislatura hemos sido herramienta de cambio esencial para un PSOE incapaz de llegar más lejos en determinadas cuestiones. En realidad, hemos tenido que empujar con determinación y, a veces, con enorme dificultad mediática para que nuestro socio de Gobierno cumpliera con los acuerdos de coalición pactados desde un principio. La Ley Trans, la Ley Sólo Sí es Sí, la Ley de Familias, la derogación de la Ley Mordaza, o el propio tope al precio del gas han sido los ejemplos más claros de un Partido Socialista que, de no ser por Podemos, hubiera caminado por un camino totalmente diferente al de la mayoría social. El PSOE hace tiempo que dejó de escuchar a la ciudadanía. De hecho, somos muchos los que pedimos al socio de Gobierno que intervenga el mercado de los alimentos ante la subida desproporcionada de los mismos, provocada por una guerra indecente, al igual que han hecho nuestros vecinos en Francia. Pero parece que al PSOE le tiemblan una vez más las piernas cuando se trata de hacer frente a los poderosos. Ninguna sorpresa. Lo que vivimos el pasado día 7 de marzo con la reforma de la Ley del Sí es Sí en el Congreso de los Diputados fue la muestra de la cobardía y la falta de voluntad más grande que recuerdo por parte del PSOE en muchos años.

La Ley de Vivienda es otra muestra más de la falta de voluntad política. Los precios de las viviendas siguen subiendo sin parar, como si no hubiéramos aprendido nada después de la crisis de 2008 en este país, y los alquileres son absolutamente obscenos, sobre todo en ciudades como Madrid, donde vivir se ha vuelto un complicado desafío para miles de jóvenes. Ni el portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Juan Lobato, ni su candidata a la alcaldía, la ministra Reyes Maroto, han dejado de sorprendernos al afirmar hace pocos días que no se mostraban de acuerdo con intervenir el mercado de la vivienda. Es un drama que uno de los partidos políticos históricos del progresismo español diga semejantes cosas. Para decir cosas de derechas, ya está el PP que, entre otras cosas, es quien más daño ha hecho en Madrid en cuanto a vivienda se refiere.

La Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) fue creada en 1981 durante el mandato de Tierno Galván. En sus 42 años de historia la EMV ha construido cerca de 27.500 viviendas en Madrid, esto es, a una media de 657 viviendas al año. La cifra es absolutamente insuficiente y demuestra la escasa o nula voluntad por parte de los diferentes gobiernos de crear vivienda pública que ayude a que miles de familias puedan iniciar sus proyectos de vida en nuestra ciudad. Ellos han sido más de pelotazos urbanísticos, y de ir más de la mano de Idealista que de hacer política en mayúsculas. Durante todos estos años hemos visto cosas tan indecentes como una alcaldesa modificando los estatutos de la EMV para eliminar la capacidad de promover vivienda, vender más de 3500 viviendas públicas de forma fraudulenta a fondos buitres dejando desamparadas a más de 3500 familias, poner sobra la mesa la reducción de hasta un 90% de la plantilla de la EMV, o alcaldes que han usado esta empresa pública para espiar a su compañera de partido, la señora Ayuso. Pero también hemos visto a una clase política que dice ser progresista aprobar por unanimidad uno de los pelotazos urbanísticos más grandes de toda Europa, la Operación Chamartín, desaprovechando una oportunidad única de crear hasta 20.000 viviendas públicas.

Ha faltado voluntad y sigue faltando valentía para afrontar una de las principales preocupaciones de los ciudadanos de la ciudad de Madrid, la vivienda. Y, sobre todo, falta discurso territorial en la clase política. ¿Qué suponen todos los planes que están sobre la mesa en estos momentos, como Campamento, Chamartín, y Madrid Sureste? Sin una estrategia clara para conocer de verdad los problemas reales de la ciudad de Madrid a nivel urbanístico es imposible avanzar. Sin un plan valiente para revitalizar los barrios es imposible progresar. Sin un control exhaustivo de las viviendas de uso turístico en nuestra ciudad es imposible crecer.

Madrid necesita más vivienda pública de alquiler accesible. Es importante recordar que la media de participación de vivienda social en alquiler en el conjunto del parque público en los principales países europeos es del 15%, mientras que, en España, y en Madrid sobre todo, apenas superó el 1% durante años, y solo ha ascendido al 2,7% recientemente. Además, hay toda una superficie de hogares en riesgo de exclusión social como la Cañada Real que demuestran la enorme desigualdad que existe en la capital de España. Directamente, podemos decir que en Madrid apenas hay mercado de alquiler, ni público ni privado.

Pero no sólo de valentía y voluntad se vive en política. Hacen falta también propuestas claras, como requisito indispensable para mejorar la vida de nuestros conciudadanos. Entre ellas yo propongo la aprobación por parte del Ayuntamiento de un recargo en el IBI de las viviendas vacías, un plan de rehabilitación específico de viviendas y placas solares para hacer un parque de viviendas 100% eficientes. Madrid tiene recursos de sobra para poder lograrlo. No podemos esperar más.

Necesitamos una Agencia de Alquiler Público que tenga funciones de asesoramiento profesional y de garantías. Declarar Madrid y toda su área metropolitana como zona tensionada con fijación de rentas máximas, además de declarar el distrito Centro como área turística saturada aumentado la plantilla e inspección para controlar y vigilar las viviendas de uso turístico que no han parado de proliferar de manera fraudulenta. Un dato: de las más de 13.200 viviendas tipo "Airbnb" solo 250 son legales según un reciente estudio. La falta de voluntad en la regulación de este sector es infame.

Necesitamos, asimismo, garantizar el blindaje de las viviendas públicas para que no se puedan vender a fondos buitres como ha pasado en esta ciudad, y un gran Plan de Vivienda pública y accesible para la Operación Campamento que logre de una vez por todas reequilibrar territorialmente Madrid entre norte y sur.

Y lo más importante: prohibir la venta de suelo público para pelotazos urbanísticos. Lo que está sucediendo en Chamartín es una vergüenza.

No solo hablo de proyectos de vida. Me refiero a conseguir de verdad que Madrid sea una ciudad metropolitana. Y para ello, mucha valentía y voluntad política. Porque por encima de los grandes fondos y presidentes de grandes constructoras, debe estar siempre la voluntad ciudadana. El 28 de mayo yo quiero transformar esa voluntad de una vez por todas en Ley.

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