Otras miradas

Presa de Miraflores, un tapón inútil que impide la recuperación del río Guadalix

Antonio Martínez Escribano

Fundador de la plataforma "Jarama Vivo" y portavoz de la plataforma "El Quinteto"

Embalse de Miraflores de la Sierra. - RAMÓN SANTOS / Wikimedia
Embalse de Miraflores de la Sierra. - RAMÓN SANTOS / Wikimedia

España es el primer país europeo por número de presas, ni siquiera las confederaciones ofrecen un censo fiable de presas, azudes y otras barreras fluviales. Miles de obstáculos, sin aprovechamiento alguno en la mayoría de los casos, fragmentan los cauces y causan problemas innecesarios. La legislación de aguas española y las directivas europeas obligan a restaurar los ríos y a retirar las barreras abandonadas cuando los titulares se desentienden de las obligaciones de su concesión, o esta ha caducado.

Desde hace décadas, en nuestro país y en los países occidentales, se están restaurando cauces fluviales, retirando aquellas barreras abandonadas que impiden la recuperación de ríos y la vida acuática. Los tramos beneficiados por estas intervenciones han visto cómo las poblaciones de peces autóctonos se han recuperado, los materiales, semillas y macroinvertebrados (el inicio de la cadena trófica) han podido circular aguas abajo, se han retirado los depósitos de lodos y cieno, etc. Sanear los ríos nos conviene a todos.

El caso de la presa de Miraflores de la Sierra es un ejemplo de barrera abandonada en el cauce del río Guadalix, un río maltratado, contaminado y crónicamente desecado. Dejó de prestar servicio hace décadas, desde que el Canal de Isabel II se hizo cargo del abastecimiento de agua a la localidad. Desde entonces, el titular de la concesión, el Ayuntamiento, se desentendió de su mantenimiento y su seguridad a pesar de tratarse de una presa de categoría A. El Ayuntamiento tampoco impidió la urbanización de las riberas del río Guadalix aguas abajo del muro de la empresa, una grave irresponsabilidad.

Además de abandonada a su suerte, la presa tiene una concesión que finaliza en 2025. Su retirada, si no tiene un aprovechamiento justificado, es una obligación legal y también una necesidad para recuperar el robledal, el río Guadalix y retirar los sedimentos que ya colmatan parte del vaso.


Los ciudadanos y poblaciones ribereñas tenemos el derecho a disfrutar de ríos sanos y restaurados. No es aceptable la mala calidad de la mayoría de los cauces de la Comunidad de Madrid, ni es justo que los titulares de estas concesiones extraigan rentas o recursos de estas infraestructuras para dejarlas a su suerte cuando dejan de interesarles, forzando muchas veces a que con dinero público se restauren tramos fluviales.

El Ayuntamiento de Miraflores es el titular de la presa, responsable de su mantenimiento, y de su retirada si no puede darle un nuevo aprovechamiento. La inminente caducidad de la concesión y el desgaste estructural de la presa son razones añadidas para que desde la Confederación Hidrográfica resuelva definitivamente esta peligrosa situación de abandono. Incluso en el caso de que se garantice un posible aprovechamiento futuro de esta infraestructura, la permeabilidad del cauce sigue siendo un objetivo necesario y una oportunidad desde que así lo contempla la reciente revisión del Reglamento de Dominio Público Hidráulico.

Los vecinos de la ciudad de Madrid ya disfrutan de un río Manzanares restaurado desde la retirada de las presas que lo fragmentaban, han vuelto peces, nutrias, aves acuáticas, vegetación, etc. Las poblaciones de peces del río Cofio se están recuperando tras la retirada de la presa de Robledo de Chavela. En el Manzanares, junto a La Pedriza, las truchas ya remontan el cauce tras la retirada de la presa de El Tranco... En toda España y en el mundo hay numerosos ejemplos de cómo mejoran los ríos y las oportunidades para las localidades ribereñas cuando se restauran los cauces retirando barreras que ya no se utilizan. Hagamos que sea posible también en Miraflores de la Sierra y en el río Guadalix.

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