Otras miradas

El presidente de la Infancia

Marina Ortega

Psicóloga, Vicesecretaria de la Mesa y portavoz de políticas sociales por el PSdeG del Parlamento de Galicia

La cartera del nuevo Ministerio de Infancia y Juventud, en el acto de toma de posesión de su responsable, Sira Rego. EUROPA PRESS
La cartera del nuevo Ministerio de Infancia y Juventud, en el acto de toma de posesión de su responsable, Sira Rego. EUROPA PRESS

Se habla mucho de Pedro Sánchez, pero muy poco de la importancia y compromiso del presidente del Gobierno con la infancia desde sus inicios. De hecho, una de las primeras medidas que tomó Pedro Sánchez nada más pisar la Moncloa en 2018 fue crear el Alto Comisionado Contra la Pobreza Infantil, dependiente de Presidencia. Los que le conocen de cerca, dicen que la lucha por proteger los derechos de la infancia es casi una obsesión para él.

Con el nuevo Gobierno celebramos la creación de la cartera ministerial para este cometido, por fin podemos decir que tenemos un Ministerio de Infancia y Juventud que trabajará de forma transversal con todos los ministerios para continuar y ampliar todas las políticas que se llevaron los últimos años en cuanto a la lucha contra la pobreza infantil, la protección de los menores más vulnerables, o la lucha sin precedentes para la prevención de la obesidad infantil o del bullying, así como la atención a la salud mental de la población infanto-juvenil. Todo ello enmarcado en la primera Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia creada bajo el anterior mandato de Pedro Sánchez, y que ahora promete será reforzada con importantes recursos para intensificar la lucha contra los abusos sexuales de menores, también los cometidos en el seno de la iglesia, en línea con las recomendaciones que dicta el Defensor del Pueblo en base a los terribles datos. Este tipo de políticas, son las que dan sentido a todo, porque son las que trabajan sobre una realidad invisible pero muy dura que debería de ser prioritaria para todos los gobiernos.

Además, en los últimos años, la protección de la infancia se volvió más necesaria que nunca, ante los ataques de la ultraderecha contra los menores extranjeros no acompañados, esos niños y niñas que llegaban de otros países sin recursos y sin familias en busca de oportunidades por pura supervivencia, al igual que aquellos niños españoles que se fueron solos a Rusia por la barbarie de la Guerra Civil Española. Una realidad muy triste, pero más triste todavía es usar una campaña política para atacar a niños, como hizo VOX con el consentimiento y silencio cómplice del PP que lejos de reprobar este tipo de políticas premió a la ultraderecha facilitando su acceso a las instituciones de la mano de Feijóo a través del bautismo institucional de los gobiernos bipartitos PP&VOX en autonomías y gobiernos locales.

Es imprescindible blindar los derechos de la infancia para trabajar sobre la prevención de su salud mental, ante los efectos del mal uso de las TRIC (Tecnologías de las Relaciones, la Información y la Comunicación). Los profesionales de la salud mental observamos con mayor preocupación cómo se incrementa la necesidad de proteger a los menores en esta cuestión, debido a los problemas de adicción o efectos negativos sobre la autoestima de los menores como consecuencia de esta nueva realidad sobre la primera generación nativa digital.

Todo ello, unido a la necesidad de políticas específicas dirigidas a la juventud, es una garantía de trabajo por nuestro capital humano. Ante la necesidad de emancipación de la juventud a una edad más temprana y del acceso a una vivienda que les permita realizar su proyecto de vida unido a oportunidades labores adaptadas a su formación en nuestro país. En Galicia sabemos muy bien de lo que hablamos, tras perder generaciones de jóvenes en la "era Feijóo", que tuvieron que emigrar a otras comunidades autónomas o países por falta de oportunidades laborales acordes a su formación y expectativas.

Por todo ello, uno de los mejores legados de Pedro Sánchez será su apuesta y trabajo por los derechos de la infancia y juventud como deuda moral con los niños y niñas más vulnerables de nuestro país, que más que nunca no sólo son el futuro, sino que son el presente. Sin duda tenemos vigente al gobierno que más trabajó y trabajará por la infancia.

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