Punto y seguido

China ante la afganización de la guerra de Ucrania

El presidente chino Xi Jinping se reúne con el presidente ruso Vladimir Putin en el Kremlin, a 20 de marzo de 2023, en Moscú (Rusia). Foto: Kermlin / Dpa
El presidente chino Xi Jinping se reúne con el presidente ruso Vladimir Putin en el Kremlin, a 20 de marzo de 2023, en Moscú (Rusia). Foto: Kermlin / Dpa

A pesar de los pronósticos iniciales, la guerra entre la OTAN y Rusia en el suelo de Ucrania se está alargando "hasta la victoria", que no llega. El secretario de Estado de EEUU Antony Blinken, mientras envía toneladas de armas a Ucrania, garantizando las ganancias de su país, advierte a China que si "brinde apoyo letal a Rusia" cruzaría una "línea roja". ¿Va a enviar a un Rambo de Hollywood a China, o va a matar a 1.400 millones de su gente? Los occidentales no saben que la alineación "sin límites" -proclamada por el país asiático hacia sus amigos rusos-, es una forma de cortesía oriental, pues, siempre hay límites y en todo. Beijing, por ejemplo, no apoya el "realismo ofensivo" del Kremlin para la reunificación del mundo ruso, y es probable que siga con su "diplomacia a distancia", y no involucrarse directamente en la guerra, pero sí que ha elaborado un plan de paz de mínimos para que su aliado salga cuanto antes de la trampa ucraniana.

Plan de paz chino

Entre los 12 puntos que propone Beijín, están:

- Un alto el fuego inmediato.

- Crear corredores humanitarios para evacuar a los civiles (para esta tarea, Rusia suele avisar a la Cruz Roja ucraniana, antes de atacar).

- Prohibir el suministro de armas a la zona del conflicto.

- Medidas para garantizar la exportación de granos

- Levantar todas las sanciones occidentales contra Rusia, puesto que intensifican el conflicto en vez de reducirlo.

- No usar armas nucleares, de ninguna manera.

- Proteger las plantas de energía nuclear de Ucrania.

- Volver a las fronteras de 1991. Lo cual significa la retirada de las tropas rusas de Ucrania. De hecho, China no ha reconocido ni el referéndum de la anexión de Crimea.

- Avanzar gradualmente hacia los detalles en unas negociaciones que al menos congelen la guerra.

EEUU, que, aunque parezca increíble, no tiene una estrategia para la guerra, sabotea el plan de paz de China. Rusia vuelve a insistir en que el mundo debe aceptar la "nueva realidad" de la geografía de Ucrania, mientras Volodimir Zelenski lo ve interesante al igual que el presidente francés, Emmanuel Macron. En Alemania, decenas de miles de personas protestaron en contra de la Conferencia de Seguridad de Múnich con los gritos de "Negociar en vez de disparar", pidiendo el fin de la guerra con Rusia.

El marco de la Iniciativa de Seguridad Global (ISG)

Este plan, al igual que el intento de acercar Irán y Arabia Saudí, forma parte de la Iniciativa de Seguridad Global del Partido Comunista chino, basado en una diplomacia de "ganar-ganar", como la alternativa a los discursos bélicos de EEUU y la UE y la "suma cero". La autoridad moral de China para liderar tal empresa la avalan los hechos: no ha invadido a ningún país, mientras, EEUU y sus socios europeos, desde la Segunda Guerra Mundial, han agredido militarmente a unas 30 naciones del planeta.

La "diplomacia del diálogo" china se guía por los intereses económicos, no políticos, y aboga por el multilateralismo, representado en las asociaciones de cooperación civiles como ASEAN, la Unión Africana, la Liga Árabe, la OCS, el BRIC, etc., con un énfasis en el respeto hacia la soberanía e integridad territorial de los estados, no alianzas militares como la OTAN. Ningún estado debe mejorar su propia seguridad a expensas de los demás, subraya.

En esta hazaña, China cuenta con el Sur Global, que se opone a que Occidente internacionalice sus propias prioridades, desafíos y errores. La seguridad alimentaria y energética, la pobreza, el cambio climático que obliga a millones de personas a emigrar ya no ocupan los segundos que se les dedicaba en los telediarios, centrados hoy en tres únicos bloques: demonizar a Rusia (y China), sucesos y el tiempo.

¿Por qué ahora?

Pasado un año de la guerra, que ha dejado decenas de miles de muertos, China, cuya política detesta el maniqueísmo, no ha condenado la invasión rusa, ha culpado a la OTAN por su provocativo expansionismo; no ha seguido las sanciones contra Moscú (¡no sólo porque "son más leñas al fuego", sino también porque sería someterse a los dictados de EEUU!), y ha declarado oficialmente su neutralidad en la guerra, pero ahora:

a) se mueve sobre otra realidad, que le da motivos para integrar una nueva dimensión a su política exterior: ser un mediador de conflictos.

- La guerra en Ucrania ha inyectado nueva sangre en la OTAN y su agresivo expansionismo. La Turquía de la extremaderecha islamista ha dado la bienvenida a la entrada de Finlandia en la Alianza.

- La situación se agrava por día y cualquier "incidente" o bulo puede elevar la guerra a otro nivel, como el derribo de un dron estadounidense, 9.700 km lejos de su casa, cerca de la costa del Mar Negro, espacio ruso-turco.

- La posibilidad de que EEUU envíe aviones de combate a Ucrania.

- La visita del secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, a Filipinas, el 2 de febrero, donde consiguió de Manila cuatro bases militares para EEUU. Hace seis meses, el intento de Washington de arrestar a China por un enfrentamiento directo, enviando a Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes de EE UU, a Taiwán, fue frustrado, y China supo esquivar la trampa.

b) También porque el conflicto ha elevado la posición de China:

- La "afganización" en marcha de la guerra de Ucrania, consume a sus enemigos y rivales de China, aunque con peor pronóstico para EEUU, puesto que Ucrania a diferencia de Afganistán (el único país que las tropas estadounidenses tienen acceso terrestre al territorio chino), no comparte frontera con la superpotencia oriental.

- Con la OTAN entretenida en Ucrania, China podrá resolver la "cuestión de Taiwán" con mejores cartas.

- La crisis multidimensional, así como el desgaste militar de Occidente, reducirá la atención centrada en China, y aumentará la dificultad de la OTAN en la militarización del Pacífico.

- Un Plan Marshall para Ucrania, que será pagado del bolsillo de los ciudadanos europeos a beneficio de las multinacionales, alargará la crisis económica y política en Europa.

- El renminbi, la moneda china, ya está golpeando al dólar. Este país ya realiza parte de su comercio bilateral, y no solo con Rusia, sino también con los países de Asia del Sur y Central, en su moneda. Irak, Bangladesh, los países miembros de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), e incluso con Arabia Saudita, lo cual reducirá las oportunidades de EEUU a presionar económicamente a China.

- Los países exsoviéticos de Asia Central (con importantes minorías rusas), que hacían equilibrios entre Rusia y China, al conocer la opinión de la élite rusa, que les niega la independencia (como cuando el vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso Dmitri Medvedev llamó a Kazajistán un "estado artificial"), profundizarán sus relaciones estratégicas con China.

- Gracias a que, por las sanciones contra Rusia, EEUU y el Reino Unido, cerrasen las conexiones terrestres y aéreas entre Europa y China saboteando el megaproyecto de infraestructuras chinas de la Ruta de la Seda, el país de Mao se puso a trabajar para resolver los problemas que desde hace 20 años habían bloqueado la iniciativa euroasiática del ferrocarril de 523 kilómetros que unirá China a Kirguistán y Uzbekistán. Las obras ya han comenzado, y ayudarán al desarrollo de la provincia Sinkiang, y las dos naciones de Asia Central, además de unir China al Cáucaso, Turquía y Europa, en uno de sus ramales, y con Irán e India en el segundo.

A este proyecto hay que añadir el gasoducto "Power of Siberia No. 2", de 2.600 kilómetros que llevará el gas sancionado ruso a China, que además lo compra a precios de ganga.

- Hoy, Rusia está más dependiente de China, es el fin del sueño de la élite rusa de ser admitida en el club de países occidentales. Seguirá en las asociaciones creadas por Beijín.

- Rusia saldrá de esta guerra debilitada, hace dos años el mundo era tripolar, hoy ya solo quedan dos superpotencias, y China es la más sólida. Sin querer, Moscú está eliminando a EEUU del escenario fortaleciendo al gigante vecino.

El conjunto de esta situación, y especialmente el hecho de que Moscú se haya convertido en el "socio menor" de la relación, permite al presidente Xi Jinping forzarle al gobierno ruso a firmar el alto el fuego.

Lecciones que aprende China desde Ucrania

- Cómo Occidente respondería militar, económica y políticamente a un intento de acabar con la tentación estadounidense en Taiwán, que es una provincia china, según la ONU.

- Que la disuasión nuclear puede impedir a Occidente una intervención incluso limitada. La OTAN evita una confrontación militar directa con una gran potencia nuclear.

- Mostrar a los países europeos las consecuencias de amenazar la seguridad de una poderosa nación como Rusia. Ahora, ¡que lo atrevan con China! La primera consecuencia sería la llegada de decenas de millones de refugiados de la "jungla" dirigiéndose al "jardín" (en palabras del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, refiriéndose, inconscientemente, a países atacados por las bombas del "jardín" que han convertido la vida de cientos de millones de personas en un auténtico infierno en Yugoslavia, Irak, Afganistán, Yemen, Siria, Libia o Sudan, etc.)

El mundo de la postguerra Fría sigue rediseñándose. China, que no quiere destruir el actual orden mundial sino reformarlo, cree que un enfrentamiento con EEUU es inevitable, y necesita de la alianza estratégica con Rusia. Por lo que intentará evitar que su vecino -una potencia militar, con inmensos recursos naturales y una sociedad altamente cohesionada-, fracase, no en defenderse, sino en la estúpida hazaña ultranacionalista de la burguesía rusa de "recuperar los territorios históricos".

En este escenario, ni el pueblo ucraniano ni el futuro de su país cuentan.

Ni diseñándola China podría haber ganado tanto de una guerra tan "pequeña". EEUU ha caído en la "Trampa de Tucídides", nombre del historiador griego del siglo V a. C, que teorizó cómo el temor de Esparta por el creciente poderío de Atenas le llevó a declararle la guerra, y la perdió.

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