Punto y seguido

Macron pensó que podría sentarse en el sillón de Putin en el Foro de BRICS

Macron pensó que podría sentarse en el sillón de Putin en el Foro de BRICS
El presidente de Francia, Emmanuel Macron (C), saluda a los residentes durante una visita al suburbio de Magenta en Noumea. Macron quiere llegar a un acuerdo lo antes posible sobre un nuevo estatus para el territorio francés de ultramar de Nueva Caledonia en el Pacífico Sur. Foto: Ludovic Marín/AFP/dpa

Sin duda, el 15º encuentro del Foro de BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que celebrará en Johannesburgo para fines de agosto, será la más recordada desde su formación en 2009, por las siguientes razones:

1. Por primera vez, uno de sus fundadores, Vladimir Putin, no estará presente, debido a que un tribunal sudafricano, en el cumplimiento de la orden emitida por la Corte Penal Internacional, -organismo inventado por Occidente para juzgar a las personas no occidentales acusadas de crímenes contra la humanidad-, ha amenazado con arrestarle por "atrocidades cometidos en Ucrania", a pesar de que el presidente Cyril Ramaphosa otorgó inmunidad diplomática a todos los invitados.

2. La negativa del país anfitrión a invitar al presidente Emmanuel Macron al encuentro de los 5 Grandes (G5) como "observador", solicitada por su ministra de Relaciones Exteriores, Catherine Colonna, con el objetivo de "reformar el orden financiero y geopolítico" actual. Alrededor de 70 jefes de Estado del mundo ya han recibido invitaciones para estar presente en el encuentro, entre los cuales tampoco estarán los mandatarios de EEUU y el Reino Unido.

Los motivos de renegar de Macron, explicados por los rusos y chinos, han sido:


- La política ""hostil" de Paris hacia Moscú, afirma el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Ryabkov. Una hostilidad reflejada no solo en el respaldo de Francia a Ucrania en la guerra, sino también porque Paris culpa a Rusia de su expulsión de Mali, el "Afganistán de Francia", en 2022, después de nueve años de ocupación y gastar al menos 7.000 millones de euros del bolsillo de los trabajadores, que le están robando el sueño en las calles del país.

- Que el G5 prohíbe el uso de sanciones unilaterales contra los Estados miembros y Francia participa en las sanciones lanzadas por EEUU contra Rusia.

- Su posible intención de hacer de 'caballo de Troya' de Occidente en el foro, sugiere la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova. El G5 (en realidad China), ha trasladado el centro de la economía mundial de un Occidente en crisis a un Oriente que avanza sin parar.


- Porque este foro representa el Sur Global y fue constituido justamente como una alternativa a las políticas de Europa y EEUU que incluyen el uso de la fuerza, coacción y guerra, contra los países militarmente débiles. La puesta en marcha de mecanismos y medidas de solidaridad entre los socios de BRICS contrastan con la actitud de los occidentales contra sus amigos y aliados: durante la pandemia, por ejemplo, tanto India como China, que son los principales productores de vacunas y equipos de protección personal del mundo, ayudaron a Brasil y Sudáfrica a paliar aquel desafío con el envío de material de precios bajos e incluso gratis; mientras, la relación de EEUU con sus amigos de alma, los europeos —ni qué decir con Méjico o Irak—, son de otra naturaleza: el precio del gas natural licuado (GNL) que llega desde Estados Unidos a España cuesta 53,88 euros/ MWh, un 40% más caro que el que recibe desde Rusia.

Aunque, de los líderes europeos, sólo Macron se atrevió a denunciar que Joe Biden vendió su GNL a Europa hasta cuatro veces más caro de su precio en el mercado interno: claro, el principal beneficiario de la guerra de Ucrania, en todos los aspectos, es EEUU, y Europa (sobre todo Alemania) está entre sus principales víctimas, y a conciencia. Iniciativas creadas por BRICS, como el Nuevo Banco de Desarrollo o el Acuerdo de Reserva Contingente, están dirigidas, al menos en teoría (el tiempo lo dirá), a establecer relaciones justas y de beneficio mutuo, nada que ver con las medidas de la Troika que bajo el nombre de "rescate" saqueó a su socio griego, causando su quiebra y el empobrecimiento de millones de sus trabajadores.

Sin embargo, The Global Times, gestionado por el Gobierno chino, apoya la iniciativa del presidente francés que "ha demostrando un cierto nivel de autonomía separado de Washington". Quizás, China cree (en vano) que esta sería una oportunidad de alejar al peso pesado europeo de la órbita de Washington.

- El regreso de Lula Da Silva, quien ingresó a Brasil en el BRICS, a la presidencia del gigante americano, que fue celebrado por los G5 con el nombramiento de la expresidenta brasileña Dilma Rousseff al frente del Nuevo Banco de Desarrollo en una ceremonia en Shanghái.

- Concretar el concepto de BRICS Plus, para posibilitar la cooperación con nuevos países que han solicitado su ingreso, como Venezuela, Argentina, México, Arabia Saudí, Irán, Turquía, los Emiratos Árabes, Bangladesh, Baréin, Nigeria, Indonesia, Bielorrusia, Pakistán, Sudán, Argelia, Egipto y Zimbabue.

- Aumentar el peso del continente africano en el foro: 54 de los cerca de los 70 invitados son africanos, hartos de las agresiones militares de EEUU y sus aliados (Libia, Sudan, Somalia, Mali, etc.). Buscan en este club mecanismos para el desarrollo de sus naciones: la inversión directa de China en el continente se elevó de 75 millones de dólares en 2003 a 5,4 mil millones en 2018.

- Avanzar en las políticas de desdolarización de las economías de sus integrantes, considerando que EEUU utiliza su moneda como arma política para desestabilizar otras naciones. Por el momento, y para las transacciones internas del grupo, los G5 utiliza el "BRICS pay", un sistema de pago digital, además del oro y una cesta de monedas de los miembros, quienes son conscientes del largo camino de independizarse del dólar, moneda con el que se está realizando el 88% de las transacciones internacionales.

- Buscar fórmulas para saltar las sanciones de Occidente contra Rusia, impidiendo que los socios sean víctimas de las sanciones de efectos secundarios: El Nuevo Banco de Desarrollo BRICS ha tenido que dejar de invertir en Rusia, debido a dichas sanciones.

Un empuje al regionalismo multipolar

BRICS no es el primer intento de Moscú y Beijín en crear un espacio alternativo donde los estados puedan protegerse de la ley de selva impuesta por el imperialismo en el mundo.

En 1949, la Unión Soviética promovió el proyecto de COMECON (por sus siglas en ruso, Consejo de Ayuda Mutua Económica), que integró entre 1945 y 1991 a los Estados socialistas además de Finlandia y Méjico.

Años después, en 1955, el líder chino Mao Zedong unió a 29 naciones de "Tercer Mundo", en Bandung, Indonesia, cuando este país, de mayoría musulmana, estaba gobernado por el presidente socialista Kusno Sukarno, quien es derrocado por un golpe de estado de la CIA en 1965 que organizó además la brutal masacre de cerca de dos millones de personas acusadas de comunista del país. En aquella histórica conferencia se encontraban también Gamal Abdel Nasser, presidente de Egipto, y Jawaharlal Nehru, primer ministro de India y padre de Indra Gandhi. De la conferencia de Bandung nacerá el Movimiento de No Alineados en 1961.

Esta misma ideología del regionalismo para el progreso fue la que engendró en julio del 2001 a la Organización de Cooperación de Shanghái apadrinada por China y Rusia. Pero, ¿qué pasa aquí? Preguntó Washington con desesperación. ¿Hemos desmantelado a la Unión Soviética, y lo que queda de ella va y se une a su antiguo enemigo, China, para enfrentarse a Occidente? Las malas lenguas relacionan la invasión y la ocupación de Afganistán (país vecino de ambos gigantes) por la OTAN en el octubre del mismo año para evitar la pérdida de aquella victoria por EEUU.

Las presiones de Occidente contra China y Rusia solo han conseguido que los socios de estas potencias, como Arabia Saudí, se alejen aun más de la superpotencia, mientras otros estados del Sur, que ven el sorprendente declive de Alemania o Japón, busquen amparo en el club de BRICS, que representa el 45% de la población de la Tierra, y una cuarta parte del PIB mundial.

No hay que confundirse: el club de los "emergentes" no busca derrocar el sistema capitalista sino reformar la estructura de la gobernanza global, colocando la cooperación en el lugar de la confrontación y guerra.

La batalla principal no es entre el Norte y el Sur (la Turquía de Erdogan ¿forma parte del "sur" o del "norte"?) sino de las clases trabajadoras de cada sociedad (y del mundo) contra las élites dominantes, sin perder de vista que sin la paz regional y mundial ninguna batalla contra las injusticias sociales, las dictaduras y la actual explotación esclavizante, podrá progresar.

Por lo que, más BRICS y menos OTAN.

Más Noticias