Carta con respuesta

No sea cabezota

Renfe lleva ya mucho tiempo intentando suprimir los trenes de largo recorrido. Primero suprimió la venta de billetes de largo recorrido y las protestas de los villalbinos y quejas al Ayuntamiento lo obligaron a renovar su venta. Ahora intenta suprimir no solo la venta de billetes, sino los trenes. Les pido a las autoridades pertinentes que no solo se mantenga la venta de billetes, sino que todos los trenes de largo recorrido que pasen por Collado Villalba paren en nuestra ciudad.

AUS NADAL COLLADO VILLALBA (MADRID)

 

Pues yo creo que lo lleva clarinete: despídase usted de los trenes. La red ferroviaria española ya está mandada recoger. Cuando se tomó la decisión de dedicar todos los esfuerzos al AVE, se condenó a la red convencional a una dolorosa muerte por inanición. Para llegar antes hay que evitar la parada en estaciones intermedias. Por consiguiente, si la prioridad es que Madrid y Sevilla estén más cerca por vía férrea, la consecuencia inevitable será el envío al limbo de todas las poblaciones intermedias, y que Brazatortas (o Collado Villalba) estén cada día más lejos en el tiempo y en el espacio, catapultadas hacia la prehistoria, desprendidas del mapa como aerolitos a la deriva. Como exponía en este periódico Magda Bandera, entre Madrid y Barcelona ya sólo hay un exprés (por supuesto nocturno y torturante); entre Madrid y Sevilla hay veinte trenes AVE y ni un solo tren exprés. El presupuesto para 2008 dedica la misma cantidad de dinero al AVE (que une muy pocas poblaciones) que a todo el resto de la red ferroviaria.

Gobernar es elegir, al fin y al cabo. ¿Qué es más importante? ¿Qué todas las poblaciones entre Madrid y Barcelona estén comunicadas por tren o que las personas de calidad puedan llegar de Barcelona a Madrid en veinte minutos y con cobertura para teléfono móvil en el vagón? Nuestros sabios, prudentes y benéficos mandatarios tomaron la decisión: lo europeo, lo progresista, lo solidario es que se desplacen en un periquete de una a otra ciudad importante los que de verdad tienen prisa, la gente importante. Esa oscura gente que vive en lugarejos y ni siquiera posee vehículo propio tendrá que sacrificarse con espíritu europeo, progresista y solidario.

Por debajo de todo esto no hay sino un odio manifiesto al transporte colectivo y una sumisión religiosa a la industria del automóvil. El Gobierno incluso financia el carnet de conducir, así que espabile: comulgue con la rueda de molino de su propio coche y deje de dar la lata reclamando transporte colectivo. Sea europeo, progresista y solidario. Y escarmiente en cabeza ajena: mire las penalidades, suplicios y pérdidas de tiempo a las que nos someten a quienes todavía nos negamos a conducir. Por cabezotas.

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